Definición de probo
Probo, cuyo origen etimológico nos lleva al latín probus, es un adjetivo que permite calificar a quienes disponen de probidad. Esta virtud se vincula con la rectitud y la honestidad de una persona.
Un individuo probo, por lo tanto, es honesto, honrado e íntegro. Quienes son probos actúan de acuerdo a las normas morales de su comunidad y respetan las leyes, sin cometer delitos ni faltas éticas.
Por ejemplo: “Estoy tranquilo porque la causa está en manos de un juez probo”, “No podemos dejar el equipo en manos de alguien que no es probo: sería una deshonra para el club”, “El gobernador demostró ser un hombre probo que merece toda la confianza del pueblo”.
Probó, con acento en la segunda O, es una conjugación del verbo probar (examinar algo): “Cuando mi hijo probó la torta que le hice para el cumpleaños, quedó fascinado”, “Me cuesta entender a alguien que nunca probó una copa de vino en toda su vida”, “Apenas el hombre probó la carne, cayó desvanecido a causa del veneno”.
En concreto, ese término se utiliza en multitud de ámbitos y aspectos de la vida diaria. No obstante, lo más habitual es que se emplee dentro de lo que es el sector culinario. Un ejemplo de esto serían frases como las siguientes: “El chef probó el plato del pinche, pero consideró que le faltaban muchas cosas para ser una buena receta” o “Mi madre probó mi gazpacho y quedó encantada. ¡Me pidió un poco más!”.
No obstante, no podemos pasar por alto que, como hemos mencionado, también se usa en otros sectores como en el científico, de manera habitual cuando se están realizando experimentos e investigaciones de todo tipo, o incluso en el deportivo. En este caso, se recurre al término probó cuando un entrenador de fútbol se ve en la necesidad de tener que plantear distintos equipos y rotaciones para poder encontrar la alineación perfecta.
Marco Aurelio Probo, por otra parte, fue un emperador del Imperio Romano que ejerció el poder entre 276 y 282. Se trata de un gobernante que fue aclamado por su pueblo, consiguiendo éxitos militares y haciendo que los soldados, cuando no había guerra, trabajaran para la comunidad.
Se le ha considerado como uno de los emperadores más queridos y aclamados de toda la historia. Así, cuando murió, precisamente asesinado por parte de los soldados de sus tropas que luego más tarde se arrepentirían por haber caído en una “trampa”, muchos fueron los honores que recibió. En concreto, todos los senadores y el pueblo lamentaron públicamente su adiós y, además, tomaron la decisión de erigir un monumento en su honor.
Marco Valerio Probo, por último, fue un experto en gramática que analizó los trabajos de diversos autores clásicos de la Antigua Roma. Virgilio, Lucrecio y Horacio fueron algunos de los poetas estudiados por este crítico. De esta figura, además de sus trabajos, ha trascendido cierta polémica. Y es que se le han atribuido obras que, con el tiempo se ha demostrado que no eran suyas. En concreto, entre las mismas se encuentran “Catholica Probi” o “Instituta artium”.