Definición de prevención de la salud
La idea de prevención de la salud se vincula a las acciones tendientes a evitar las enfermedades. Se trata de medidas que buscan sobre todo impedir la irrupción de una enfermedad pero que, una vez aparecida, también intentan frenar su avance y minimizar sus consecuencias.
La prevención de la salud, mencionada además como prevención en salud, apunta a fomentar el cuidado del cuerpo y la mente. Es importante tener en cuenta que, de acuerdo a ciertos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 60% de las muertes que se producen cada año en todo el mundo se deben a enfermedades crónicas no transmisibles, cuyo progreso se podría detener o aminorar con atención médica a tiempo.
De este modo, un programa de prevención de la salud puede contribuir a minimizar el desarrollo de enfermedades respiratorias crónicas o de enfermedades cardiovasculares, por ejemplo. Para esto los médicos se encargan de promover el ejercicio físico y las dietas saludables y de modificar los hábitos nocivos del paciente (como el tabaquismo y el sedentarismo).
Es habitual que la noción de prevención de la salud se confunda con la idea de promoción de la salud. En este segundo caso, se alude específicamente a las actividades orientadas a mejorar la salud y la calidad de vida y a proporcionar a cada individuo un mayor control sobre su propia salud.
Muchas veces desde el Estado se le otorga una gran relevancia a la prevención de la salud como parte de las políticas públicas. En México, por mencionar un país, existe la Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud, que cuenta con unidades adscritas como el Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades y la Dirección General de Promoción de la Salud, entre otras.
Uno de los primeros consejos que podemos encontrar en el marco de la prevención de la salud es realizarse chequeos médicos con cierta frecuencia, con la que recomiendan los especialistas de cada campo. Este punto parece simple pero cobra un cierto grado de complejidad cuando lo relacionamos con factores tales como la edad, el historial clínico y cualquier otro que genere excepciones o particularidades en un cierto grupo de individuos frente a los demás.
Por ejemplo, los chequeos médicos que deben atravesar los niños no son los mismos que los de una persona de treinta, cincuenta u ochenta años. Lo mismo ocurre cuando entran en juego ciertas condiciones o enfermedades crónicas, que alteran las necesidades básicas. Los expertos en la prevención de la salud deben tratar con personas que no se preocupan en absoluto por su salud (para intentar concienciarlas), con las que llevan este aspecto de sus vidas con un cierto equilibrio (para darles consejos que las ayude a mejorar) y con quienes se exceden en las precauciones (para enseñarles los límites más saludables).
Más arriba se menciona la importancia del ejercicio físico, otro de los pilares de la salud y el bienestar en general. ¿Qué mejor manera de cuidar nuestro organismo que usando todos sus rincones, desde el cerebro, para pensar, hasta las piernas, para caminar? Todos tenemos gustos y preferencias, pero no deberíamos convertir estas diferencias en una excusa para desactivar gran parte de nuestro cuerpo en pos de la que más nos interesa. Que amemos la lectura no es razón suficiente para no salir a caminar por la playa, y así sucesivamente.
La inmunización contra las enfermedades contagiosas es otro de los puntos fundamentales de la prevención de la salud. Las normas generales del sistema sanitario impulsan a los padres a asegurarse de que sus hijos reciban las vacunas reglamentarias, y así comienza una de las estrategias de defensa inmunitaria que muchos mantienen hasta la ancianidad. En el caso de ciertas epidemias y pandemias, las medidas deben extremarse al punto de mantenernos a cierta distancia de los demás.