Definición de posesivo
Posesivo es una palabra que tiene su origen en la lengua latina: possessīvus. Se trata de un adjetivo que está asociado a la posesión. Este término, por su parte, refiere a poseer o tener algo, o al efecto de apoderarse de ello.
El uso más habitual del concepto se vincula a las personas que tienen voluntad de dominio sobre otras, es decir, que intentan controlarlas o quedarse con todo su tiempo. Por ejemplo: “Ignacio es un buen hombre, pero es demasiado posesivo”, “No toleraría estar con alguien tan posesivo, que me pregunte cada cinco minutos qué estoy haciendo”, “El tío Ramiro le pidió a la tía Elba que no sea tan posesiva conmigo”.
En un ser humano, el calificativo de posesivo suele ser visto como algo negativo. La persona posesiva invade a la otra, recortando su libertad y presionándola de diversas maneras. Supongamos que una mujer se prepara para salir con sus amigas y su marido le dice que regrese en una hora. Además, el hombre la llama por teléfono varias veces mientras su esposa está reunida. Podría decirse, por lo tanto, que dicho hombre es posesivo.
La voluntad de poseer a otra persona, cosificándola, es una forma de violencia. En sus manifestaciones más sutiles puede resultar inofensiva pero, a medida que se acrecienta la tendencia, resulta peligrosa.
Para luchar contra una actitud posesiva es importante que se comprometan las dos partes, ya que de nada sirve «discutir» o «pelear» contra el ser posesivo. El primer paso, como en casi todos los problemas de nuestras sociedades, es hablar del tema. Si un individuo siente que está siendo controlado por su pareja o por alguien con quien tiene una relación de cariño, es importante que lo hable directamente con ella, salvo en los casos en los que cree estar en peligro.
Si existe el riesgo de que el ser posesivo le haga daño físico, entonces es preferible dirigirse a las autoridades para elevar una denuncia. Si el nivel de control no es tan peligroso, entonces la charla debe apuntar a que el problema se vea expuesto, a que el responsable admita que está privando al otro de su libertad y que se comprometa a cambiar su actitud.
En una relación de pareja, respetar la individualidad del otro es algo esencial. Si bien se espera que las dos partes se unan para compartir su día a día, para tomar las decisiones más importantes juntas y para disfrutar de experiencias únicas como la crianza de los hijos, esto no significa que deban renunciar a su libertad por completo, a su derecho a tener sus propias amistades, a salir a pasear por su cuenta, etcétera. Una persona posesiva no puede entender o aceptar esto, y en este fallo comienza su actitud negativa.
Entre los signos que pueden advertirle a una persona de una actitud posesiva en su pareja se encuentran los siguientes:
* exigirle al otro que no tenga ningún secreto, incluyendo sus contraseñas y los detalles de las conversaciones que mantiene con sus amigos;
* llamarlo por teléfono demasiadas veces mientras se encuentra en una salida de ocio o en el trabajo, un signo claro de desconfianza que puede destruir la relación en poco tiempo;
* pedirle que se quede con ella cada vez que tiene planes con otras personas y reaccionar de mala manera si no lo hace.
Dentro del ámbito de la gramática, un adjetivo posesivo es aquel que señala la propiedad de algo (referenciado por un sustantivo) a una cosa o a un individuo. “Mío” y “nuestro” son ejemplos de adjetivos posesivos: “Él era Esteban, el querido hermano mío”, “¿Qué haces? Ese lugar es nuestro”.