Definición de posesión

Del latín possessĭo, posesión es el acto de poseer ciertas cosas, ya sean materiales o incorpóreas. El verbo poseer, por su parte, refiere a tener o saber algo. Por ejemplo: “Esta casa es la posesión más importante que tengo”, “El hombre caminaba junto al arroyo cuando fue privado de todas sus posesiones por un grupo de malvivientes”, “La única posesión que quiero dejarle a mi hijo es el amor al prójimo”.

En el ámbito jurídico, la posesión es una situación de hecho, y no un derecho (como sí lo es la propiedad). La propiedad, por lo tanto, es una consecuencia de la posesión mediante una prescripción.

La posesión requiere de la cosa en sí (el corpus) y de la intención de la persona de comportarse como su dueño (el animus rem sibi habendi). Se trata, en definitiva, de un hecho con efectos jurídicos que es protegido por la ley para que el poseedor no esté obligado de probar su título posesorio cada vez que algún individuo pretenda interrumpir dicha posesión.

Dentro del ámbito jurídico y legal, tendríamos que establecer que existen diversos tipos de posesión. No obstante, por ejemplo, en el caso de España es frecuente hablar de dos modalidades de aquella:
• Posesión civil. Bajo esta denominación se encuentra lo que sería la tenencia que una persona tiene sobre algo material o un derecho de titular legítimo, que permite que aquella pueda llevar a cabo la adquisición de la propiedad o bien la titularidad de la misma mediante lo que sería la conocida como usucapión. A su vez, dentro de esta modalidad de posesión estaría la de en concepto de dueño o la de en concepto distinto de dueño.
• Posesión natural, que es la posesión que tiene alguien así como el disfrute de un derecho sin ánimo de dueño o de titular legítimo.

Además de todo lo expuesto, tendríamos que hablar también de que es habitual hacer uso del término “tomar posesión”. Este es una locución de tipo verbal que se emplea para referirse a que alguien se hace cargo de un puesto que va a desempeñar o bien de unos bienes materiales en ejercicio de su derecho. Así, un ejemplo, se puede decir “El joven tomó posesión de su nuevo cargo como ministro” o “El heredero tomó posesión de su nuevo despacho”.

Para la religión, la posesión es el apoderamiento del espíritu de una persona por otro espíritu que actúa como agente interno y unido a ella. Lo habitual es asociar dicha posesión a la presencia del diablo, quien toma el cuerpo del sujeto y trastorna su comportamiento.

Las convulsiones, el desarrollo de enfermedades sin causa, el acceso a conocimientos hasta entonces ocultos (como un idioma ajeno), los cambios en la voz, la fuerza sobrenatural y la aversión a lo sagrado son algunos de los síntomas que se atribuyen a los poseídos. La posesión puede revertirse a través de un ritual conocido como exorcismo.

Muchas son las películas que han abordado el tema de las posesiones de personas por parte del Diablo. Así, entre ellas, destaca “El exorcista”, realizada en 1973 por el cineasta William Friedkin, que se ha convertido en un clásico del género de terror.

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