Definición de porfiriato
Se conoce como porfiriato al régimen que encabezó Porfirio Díaz en México entre 1876 y 1911. Su mandato se inició a partir del triunfo militar que derrocó a Lerdo de Tejada. Este presidente había sido reelecto a través de ciertas presiones, pero Díaz puso en marcha el denominado Plan de Tuxtepec y logró desbancarlo.
Cuando Lerdo de Tejada fue reelecto presidente, Porfirio Díaz comenzó una rebelión militar contra él, aprovechando su renombre y su prestigio en los ámbitos político y militar de su país, gracias a su formación a lo largo de la guerra de Reforma (desde 1857 hasta 1861, fue un enfrentamiento entre liberales y conservadores mexicanos que también se conoció con el nombre de la Guerra de los Tres Años) y de la intervención francesa (un conflicto entre Francia y México entre los años 1862 y 1867 como consecuencia de la negación de este último a pagar la deuda externa).
El porfiriato se extendió entre 1876 y 1911.
La política del porfiriato
En las más de tres décadas en el poder, Díaz impulsó diversas medidas y reformas que modificaron la estructura de México. Durante el porfiriato se incrementaron las inversiones foráneas en el país, que permitieron el crecimiento de la agricultura, la minería y la infraestructura vial. Paralelamente a los proyectos impulsados con el capital extranjero, Díaz fomentó la industria local. El porfiriato también fundó la Escuela Naval Militar, impulsó la marina mercante e instaló faros y puertos.
A nivel político, Díaz trabajó para alcanzar la estabilidad interna y lograr la paz. Su gobierno se esforzó por conseguir el reconocimiento de otras naciones, lográndolo en 1878 con los Estados Unidos, por ejemplo. Su búsqueda de pacificación interna incluyó también diversos cambios en el ejército.
Cultura, situación indígena y prensa en el periodo
La cultura mexicana, bajo el porfiriato, se desarrolló de manera notable. La literatura fue uno de los ámbitos de mayor crecimiento, a partir de la popularidad obtenida por autores como Luis G. Urbina, Manuel Payno y otros.
Durante el porfiriato muchos periodistas fueron perseguidos y reprimidos.
Es importante resaltar que, más allá de los avances logrados por el porfiriato, la contrapartida fue un incremento de la desigualdad entre las diferentes clases sociales e incluso entre etnias, ya que los pueblos indígenas fueron utilizados como mano de obra barata. Para ser más precisos, Díaz ordenó la creación de zonas de explotación de aborígenes (en Yucatán y Valle Nacional, por ejemplo), y el trato que recibían era prácticamente esclavista.
La prensa libre también se vio afectada negativamente por el mandato de Porfirio Díaz; algunas de las medidas que el porfiriato tomó para evitar que las noticias tocaran temas que no eran de su conveniencia fueron las torturas, el soborno y las desapariciones, tres elementos característicos de todo lamentable período de represión.
Represión y apoyo a la Iglesia en el porfiriato
Además del trato abusivo contra los indígenas y la represión al periodismo, el porfiriato trajo consigo otra serie de medidas injustas e invasivas que el Gobierno siempre justificó a través del Positivismo, una doctrina que proponía orden y progreso. De esta manera, el volumen de represión que Porfirio Díaz ejerció sobre aquellos individuos que pedían una calidad de vida mejor debían ser perdonadas ya que gracias al orden, que consistía en silenciar a los manifestantes, daba paso al progreso, el crecimiento a nivel económico que se apreció durante esta era.
El porfiriato devolvió al clero la mayor parte del poder que le había sido arrebatado con la Guerra de los Tres Años y las Leyes de Reforma. Por ejemplo, los diezmos volvieron a ser absolutamente regulares, lo que afectó a los sectores desposeídos, tanto en la ciudad como en las zonas rurales. En el campo, el clero recolectaba un alto porcentaje de semillas provenientes de los indígenas y los pequeños propietarios, y más tarde las vendía por menos dinero del que éstos pedían.