Definición de pesebre

El vocablo latino praesepe se convirtió, en nuestra lengua, en pesebre. El término, en su sentido más amplio, refiere al receptáculo o depósito en el que se les deja el alimento a los animales para que éstos puedan comer.

El uso más habitual del concepto, sin embargo, se encuentra en el ámbito de la religión. Se conoce como pesebre o belén a la representación de la llegada al mundo de Jesús, la cual se exhibe en la época navideña, ya sea en los templos, en las casas, en las tiendas o en diversos espacios públicos.

Dentro del catolicismo, por lo tanto, el pesebre es un elemento muy importante durante la celebración de la Navidad. Existen diferentes tipos de pesebres, siendo los más habituales aquéllos en los que se emplean pequeñas figuras para representar la escena del nacimiento.

De esta manera, un pesebre hogareño puede incluir un establo en miniatura con muñecos que representen a los animales, a los Reyes Magos que siguieron una estrella para ver el nacimiento del hijo de Dios y, por supuesto, al bebé Jesucristo, entre otros personajes (como José y María).

Los pesebres vivientes, por otra parte, son aquéllos en los que no se utilizan figuras o muñecos, sino que hay actores que se encargan de interpretar las escenas. En algunos casos, estos pesebres presentan también animales reales, como ovejas o cabras.

El armado y la exhibición del pesebre dependen de la tradición de cada país. Una posibilidad es armarlo el 8 de diciembre (Día de la Virgen) y ubicar la figura de Jesucristo recién tras la Navidad (el nacimiento). En estos casos, por lo general, se mantiene expuesto hasta el Día de Reyes.

Los pesebres armados en lugares públicos tienen varios objetivos, como ser embellecer una ciudad, expresar el respeto por las tradiciones religiosas con mayor intensidad o llamar la atención de los turistas. Año a año, junto con la época navideña llegan algunos diseños de belenes dignos de ser admirados, independientemente de las creencias.

Por otro lado, el pesebre es también foco de competencias para obtener récords a nivel mundial, generalmente enfocados en sus dimensiones. En el año 2011, por ejemplo, el primer puesto fue para México, más específicamente para el belén expuesto en el parking del estadio Azteca, tanto respecto a su extensión (20 mil metros cuadrados y 57 escenas bíblicas) como a la cantidad de figuras (que superó las mil).

Armar un pesebre de dichas características requiere de un trabajo y una dedicación considerables. Además, lo normal es que los resultados sean publicados a través de las redes sociales a través de fotos, vídeos y artículos para atraer la atención de tanta gente como sea posible.

Los pesebres modernos suelen contar con figuras móviles, generalmente alimentadas eléctricamente, aunque todavía siguen teniendo lugar los muñecos completamente mecánicos. Por ejemplo, desde el año 1998 se exhibe en la República Checa un pesebre puramente mecánico que ha sido galardonado como el más grande del mundo de su clase. Se denomina el belén de Krýza y se extiende a lo largo y ancho de 60 metros cuadrados, con 1389 figuras de las cuales 133 poseen movilidad.

A la hora de construir un pesebre no existen reglas que limiten la creatividad, mientras que se respeten los símbolos que representan sus figuras y paisajes. El belén de hielo de Graz, en Austria, es un ejemplo de ello; fue creado en el año 1996 con más de 50 toneladas de hielo y sus figuras son creadas a escala real. Algo similar se puede apreciar en la provincia española de Ávila, donde se puede visitar un pesebre hecho con latas de metal.

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