Definición de perecer

En el latín vulgar tardío es donde se encuentra el origen etimológico del verbo perecer que ahora nos ocupa. En concreto, deriva de “perescere” que, a su vez, procede de “perire” que significa “morir”.

El verbo perecer refiere a la finalización de algo. Puede tratarse del fin de la existencia, de la vida útil o de otra cuestión. Por ejemplo: “Antes de perecer, el poeta convocó a sus hijas y les entregó diversas pertenencias que deseaba que ellas atesoraran”, “Tenemos que evitar que el añejo árbol muera: al perecer, perderemos una parte de nuestra historia”, “No hay que dejar perecer los alimentos, ya que si uno los come cuando están vencidos, pueden causar daño”.

Con frecuencia, perecer se emplea como sinónimo de fallecer o de morir. Una persona que perece, por lo tanto, es aquella que pierde la vida por algún motivo: “El conductor pereció en el acto por las heridas sufridas al impactar contra el paredón” es una expresión que resulta equivalente a otras como “El conductor murió en el acto por las heridas sufridas al impactar contra el paredón” o “El conductor falleció en el acto por las heridas sufridas al impactar contra el paredón”.

Las empresas, las organizaciones y otras entidades también pueden perecer, en el sentido de dejar de existir: “La compañía, al perecer, dejó a cincuenta personas en la calle, sin empleo”, “El grupo de rock pereció cuando su cantante decidió comenzar una carrera como solista”.

No obstante, no podemos pasar por alto que perecer también se utiliza para indicar que una persona es sumamente pobre. Es decir, que carece de todos los recursos necesarios para poder sobrevivir y tener un día a día digno y con las necesidades básicas cubiertas.

De la misma manera, en el Diccionario de la Real Academia Española se hace referencia al hecho de que perecer puede también utilizarse como verbo pronominal con dos significados diferentes:
-Por un lado, se puede emplear para indicar que se desea algo con muchas ganas y ansías.
-Por otro lado, puede significar que alguien está sufriendo con violencia un amor o una pasión.

Los alimentos perecen, por su parte, cuando se descomponen o se pudren, lo que hace que ya no sean comestibles. La mayoría de estos productos incluyen una fecha de perecimiento o vencimiento que indica que, tras dicha jornada, es recomendable no ingerir el alimento en cuestión. Los alimentos que, por sus características, no se echan a perder, se califican como no perecederos.

En este sentido, por tanto, tenemos que decir que existen dos grupos claros de alimentos, los perecederos y los no perecederos. Estos últimos son los que siempre, en situaciones de crisis económica o de tragedias a gran escala, se solicitan por parte de ONG´s y entidades de diversa índole para poder darle algo de ayuda a personas que carecen de recursos para sobrevivir.

Así, por ejemplo, cuando sucede una catástrofe natural es habitual que se pida a la población de todo el mundo que colabore con los supervivientes, que han perdido todo lo que tenían, dándoles comida. Por eso, se piden alimentos no perecederos que puedan llegar a su destino en condiciones óptimas.

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