Definición de pensamiento complejo
La noción de pensamiento complejo fue acuñada por el filósofo francés Edgar Morin y refiere a la capacidad de interconectar distintas dimensiones de lo real. Ante la emergencia de hechos u objetos multidimensionales, interactivos y con componentes aleatorios o azarosos, el sujeto se ve obligado a desarrollar una estrategia de pensamiento que no sea reductiva ni totalizante, sino reflexiva. Morin denominó a dicha capacidad como pensamiento complejo.
Este concepto se opone a la división disciplinaria y promueve un enfoque transdisciplinario y holístico, aunque sin abandonar la noción de las partes constituyentes del todo. La sistémica, la cibernética y las teorías de la información aportan sustento al pensamiento complejo.
Edgar Morin desarrolló el concepto de pensamiento complejo.
Principios del pensamiento complejo
Puede decirse que el pensamiento complejo se basa en tres principios fundamentales: la dialogía (la coherencia del sistema aparece con la paradoja), la recursividad (la capacidad de la retroacción de modificar el sistema) y la hologramía (la parte en el todo y el todo en la parte).
El pensamiento complejo, por lo tanto, es una estrategia o forma del pensamiento que tiene una intención globalizadora o abarcativa de los fenómenos pero que, a la vez, reconoce la especificidad de las partes. La clave pasa por la rearticulación de los conocimientos a través de la aplicación de los principios mencionados.
Todo lo relacionado con el pensamiento complejo está vinculado a la epistemología (la doctrina de los métodos del conocimiento científico). El objeto de estudio de la epistemología o gnoseología es la producción y validación del conocimiento científico a través del análisis de distintos criterios.
A qué alude la idea de complejidad
El término complejo suele ser asociado a aquellas cosas muy difíciles de comprender, inalcanzables para quienes no posean una serie de terminada de destrezas o conocimientos muy específicos. Sin embargo, su etimología nos muestra un significado ligeramente diferente: «lo que está tejido en conjunto». De allí que el pensamiento complejo, en palabras del propio Morin, se base en establecer relaciones y complementos, en el estudio del todo mediante sus defectos y sus efectos, su movimiento y su quietud, tomando en cuenta la reciprocidad que tiene lugar entre éste y sus partes.
El establecimiento de relaciones y complementos es uno de los pilares del pensamiento complejo.
La complejidad representa al mundo como una gran red formada de delgados hilos que se entrelazan y relacionan todos sus componentes. El pensamiento complejo atiende cuestiones tan profundas pero tan cercanas como la vida, los problemas sociales y el futuro de la especie humana, y en los últimos tiempos ha cobrado mucha importancia en el ámbito de la educación, el foco de las relaciones interpersonales más significativo, dado que representa el proceso de formación que nos vuelve aptos para integrarnos en la sociedad de una forma activa y productiva.
Pensamiento complejo según Lipman
Según Matthew Lipman, un filósofo y docente especializado en pedagogía (1922 – 2010, Estados Unidos), todo pensamiento considerado complejo debe presentar una organización basada en la coherencia, estar formado de conceptos ricos y generar un constante movimiento, una necesidad de investigar y explorar. Asimismo, resaltó en más de una ocasión la importancia de inculcar a los estudiantes este tipo de pensamiento desde la infancia, para estimular su intelecto, su sentido crítico y su creatividad.
Lipman consideraba que era fundamental incluir la filosofía en el programa de todo colegio primario y secundario, para enriquecer los recursos educativos, ampliar el rango y la naturaleza de los conceptos que se enseñan e incentivar la autocorrección, la revisión de los propios métodos y del contenido que se imparte. Nuevamente, subrayaba la importancia de la crítica y de la creatividad como pilares de la educación.
Promover la reflexión como elemento fundamental del crecimiento parece una idea revolucionaria, casi rozando la utopía, en un mundo gobernado por tendencias industriales; nos educan para encajar en uno u otro molde, para convertirnos en un modelo predeterminado de ser humano que transite por uno de un puñado de caminos posibles.