Definición de sujeto
Del latín subiectus, un sujeto es una persona innominada. El concepto se usa cuando no se sabe el nombre de la persona o cuando no se quiere declarar acerca de quién se está hablando. Por ejemplo: “El sujeto ingresó por la puerta trasera del local y amenazó a los presentes con un arma de fuego”, “Ese sujeto no me despierta la menor confianza”, “Oficial, tiene que ayudarme: ese sujeto de camisa blanca me robó la cartera”.
Sujeto también es un adjetivo que permite describir la exposición a algo o alguien: “El descuento está sujeto a las bases y condiciones del contrato”, “Ayer renuncié a mi puesto así que ya no estoy sujeto a tus órdenes”. Por otra parte, sujeto es la acción y efecto de sujetar (afirmar o contener algo por la fuerza): “El techo sólo está sujeto por dos precarias columnas”, “El perro estaba sujeto por una cadena y, aunque consiguió soltarse, su libertad le duró apenas unas horas”.
Para la gramática, el sujeto es el sustantivo, pronombre o sintagma nominal que cumple una función oracional en concordancia obligada de persona y de número con el verbo. En otras palabras, el sujeto es quien realiza la acción de la oración. En una frase como “Juan es un gran pianista”, el sujeto es “Juan”, mientras que en «La espesa arboleda nos transportaba a un mundo de fantasía» el sujeto es «La espesa arboleda».
El sujeto tácito, que también se conoce como omitido o implícito, no goza de una representación en la oración, sino que se da a entender con ciertos elementos del contexto. Dicho de otro modo, no es necesaria su presencia dado que el resto de las palabras y la información previamente aportada al lector o interlocutor es suficiente para que éste comprenda de quién se está hablando.
En nuestro idioma, la ausencia del sujeto no suele ser motivo de confusión, ya que contamos con complejas conjugaciones verbales, generalmente distintas para cada persona. Sin embargo, algunos tiempos, como ser el Pretérito Imperfecto y el Pluscuamperfecto, dificultan la comprensión, como se puede apreciar en el siguiente ejemplo: «Comía una manzana». A simple vista, se puede tratar tanto de la primera persona del singular (yo) como de la tercera (él o ella), e incluso de la forma de cortesía «usted». Para comprender correctamente dicha oración, por lo tanto, es necesaria más información contextual.
Existe, a su vez, una clasificación que agrupa ciertos sujetos tácitos y los denomina indeterminados. Se utiliza cuando el responsable de la acción no puede ser identificado, sea porque existe el interés de mantenerlo incógnito o porque no se cuenta con suficientes datos para saber de quién se trata. En la oración «Atracaron el centro comercial», por ejemplo, no siempre se puede especificar el o los nombres de los responsables; además, se utiliza la tercera persona plural del verbo para contemplar la posibilidad de un ataque en grupo, y no por saber que hubo más de un asaltante.
En el ámbito de la filosofía, el sujeto es el ser del cual se predica o anuncia algo. El sujeto filosófico actúa de acuerdo a su propia decisión y voluntad y es el protagonista de sus actos; por otro lado, está en condiciones de distinguir la realidad como objeto más allá de su conocimiento subjetivo.
Sujeto, por último, es el asunto o materia sobre el que se escribe o habla. Esta acepción no es común en el habla cotidiana, ámbito en el cual se utilizan términos como tema o cuestión. Resulta interesante destacar que en inglés existe un término de uso similar (subject), cuya escritura deja en evidencia que posee la misma raíz latina. Curiosamente, subject es utilizado como sinónimo de asunto o tema incluso en la actualidad, como todos podemos apreciar en las casillas de correo electrónico.