Definición de patogenia

Lo primero que vamos a hacer antes de entrar a establecer el significado del término patogenia es determinar su origen etimológico. En este sentido, tenemos que exponer que deriva del griego, pues se encuentra conformado por tres elementos de dicha lengua:
-El sustantivo “pathos”, que puede traducirse como “enfermedad”.
-El nombre “genesis”, que es sinónimo de “origen” o “nacimiento”.
-El sufijo “-ia”, que se utiliza para indicar “acción”.

De esta manera, partiendo de dicho origen etimológico, nos encontramos con el hecho de que significa “estudio del origen y del desarrollo de una enfermedad.

Patogenia es una rama de la patología que se dedica a analizar el origen de un estado morboso. Su finalidad es estudiar los acontecimientos que se desencadenan a partir de la acción de un factor etiológico y que llegan hasta la manifestación de la enfermedad.

También conocida como nosogenia, la patogenia investiga el surgimiento y el desarrollo de las afecciones. Gracias a la patogenia, es posible conocer la etiología del malestar (es decir, su origen) y comprender por qué se producen los síntomas que evidencia el paciente. La patogenia se complementa con la fisiopatología, orientada específicamente al modo de funcionar del organismo al desarrollarse el trastorno de salud.

Lo que realiza la patogenia, en definitiva, es estudiar el proceso que lleva a ciertos factores de tipo mórbido a ejercer una influencia sobre el cuerpo de una persona, ocasionando lo que conocemos como enfermedad. Para abordar la patogenia, es posible centrarse en el apartado funcional (la fisiopatología) o en las cuestiones morfológicas (la patología en su sentido más general).

Esto nos lleva también, por tanto, a hacer referencia a lo que se conoce como microorganismo patógeno. Este lo podemos definir como aquel que tiene la capacidad no sólo para entrar en el hospedador (persona, animal…) sino también para evitar o destruir las defensas del mismo. Sin olvidar tampoco que luego eso permitirá que se multiplique y que definitivamente tome “posesión” y se asiente en el mencionado hospedador.

Es importante resaltar que cada enfermedad tiene su propia patogenia. La psoriasis, la tuberculosis, la diverticulosis y la sífilis, por citar sólo algunos ejemplos, son trastornos que se desencadenan por diferentes motivos, los cuales pueden estudiarse de acuerdo a su patogenia.

Así, por ejemplo, nos encontramos con que existe la patogenia de la rabia, de la artritis o del ébola, al igual que de otras enfermedades. En el caso, por ejemplo, de la patogenia de la fibrilación auricular podemos decir que la misma establece que esta enfermedad de tipo progresivo se puede producir fundamentalmente por tres tipos de causas:
-Factores de riesgo, como la diabetes o la hipertensión.
-Causas cardíacas, como infartos o insuficiencias de diversa índole.
-Causas no cardíacas, como el consumo de alcohol, la apnea o problemas de funcionamiento del tiroides.

Las enfermedades que afectan a los animales y que son investigadas y tratadas por los veterinarios también tienen su patogenia. En el caso de la veterinaria, la noción tiene el mismo alcance que en la medicina, vinculado al origen y el desarrollo del trastorno.

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