Definición de parafilia
El griego es la lengua en la que tiene su origen el origen etimológico de la palabra parafilia. En concreto en él se encuentra formada por la unión de para, que significa “junto a”, y filein, que podría traducirse como sinónimo del verbo “amar”.
De acuerdo a la definición del diccionario de la Real Academia Española (RAE), una parafilia es un desvío de índole sexual. Se trata de una conducta íntima donde el placer se obtiene mediante una actividad diferente a la relación sexual en sí misma.
Las parafilias son consideradas inofensivas, aunque hay excepciones. Ciertas parafilias pueden generar daños físicos y/o psíquicos en alguno de los participantes del acto sexual, como ocurre con la pedofilia.
En concreto, se establece que una persona disfruta llevando a cabo una parafilia porque eso le supone gozar con uno o con los dos de los siguientes elementos:
Riesgo. El riesgo que trae consigo llevar a cabo una práctica sexual clasificada como parafilia supone que la persona en cuestión disfrute del mismo y cuente con una excitación mucho mayor.
Voluntad de poder. A través de una de estas prácticas, quien la lleva a cabo disfruta de una sensación de poder sobre la persona con quien la realiza, se siente por encima de ella y con capacidad para hacer lo que desea.
Cabe destacar que el parámetro para considerar si una conducta sexual es parafílica varía a lo largo de la historia y según la región. De este modo, prácticas que eran consideradas como parafílicas hace algunas décadas, hoy son aceptadas como normales y, por lo tanto, no se toman como desviaciones. Ese el caso de la masturbación, la felación o el cunnilingus, por ejemplo.
Es importante destacar que los expertos no han hallado trastornos psicológicos o cambios orgánicos que brinden una explicación sobre el origen de una práctica parafílica. Estas desviaciones, de todos modos, pueden tratarse mediante la terapia psicoanalítica.
Entre las parafilias más usuales, pueden mencionarse a la altocalcifilia (excitación por el calzado que dispone de tacones altos), la asfixiofilia (que consiste en provocar un estrangulamiento erótico), el bestialismo (donde la relación sexual contempla la participación de un animal), la coprolalia (estimulación sexual a partir de la utilización de términos soeces), el fetichismo (deseo mediante el empleo de objetos o partes corporales en la relación sexual), el masoquismo (placer vinculado al sufrimiento físico y a la humillación), la pedofilia (atracción por los niños), la podofilia (excitación por los pies) y el sadismo (placer al generar dolor físico al otro).
No obstante, no son las únicas parafilias que se conocen actualmente. Así, entre otras de las más conocidas se encuentran las siguientes:
Necrofilia, que consiste en la obtención del placer mediante la práctica sexual con cadáveres.
Exhibicionismo, que es el que practican aquellas personas que obtienen placer mostrando de manera deliberada y pública sus genitales.
Vouyerismo, que se define como la consecución del placer sexual mediante la visión de los genitales o de los actos sexuales que realizan otras personas.
Froteurismo. En este caso concreto, la satisfacción de quien tiene esta citada parafilia le llega mediante el frotamiento de sus genitales con el cuerpo de otra persona.