Definición de panorama de riesgo
En el griego y en el latín. En ambas lenguas es donde se encuentra el origen etimológico del término panorama de riesgo que ahora nos ocupa. Y es que así lo demuestran las dos principales palabras que lo componen:
• Panorama deriva de la suma de dos elementos griegos: “pan”, que significa “todo”, y “orama”, que es sinónimo de “vista”.
• Riesgo, por su parte, emana del verbo latino “resecare”, que puede traducirse como “cortar o dividir”.
El concepto de panorama puede emplearse para nombrar a la imagen que se obtiene desde un cierto lugar de observación. Puede tratarse, por lo tanto, de algo físico (lo que se ve desde una torre) o simbólico (lo que se considera según una perspectiva ideológica).
Riesgo, por otra parte, es una noción que se vincula a la vulnerabilidad de algo o alguien hacia un determinado daño. El término suele asociarse al peligro, aunque éste refiere a qué tan factible resulta el perjuicio en cuestión.
La noción de panorama de riesgo, por lo tanto, se utiliza para nombrar a un análisis que se realiza respecto a la fragilidad o a las condiciones más vulnerables de una organización. Dicha mirada puede aplicarse sobre distintos aspectos o sectores de la entidad.
El panorama de riesgo laboral es uno de los más frecuentes. Esta herramienta permite identificar aquellas condiciones que ponen en riesgo la integridad de los trabajadores (es decir, que podrían causar accidentes laborales). Gracias a esta clase de estudios, los responsables de una empresa pueden tomar medidas que reduzcan los riesgos, algo que no sólo es importante en cuanto a la salud de los empleados, sino que también ayuda a disminuir los costos de la compañía (evita pagar indemnizaciones).
En concreto, entre los principales elementos que pueden afectar al bienestar de los integrantes de una empresa y que deben recogerse en el pertinente panorama de riesgo se encuentran los siguientes:
• Ruido. Este puede provocarles a los trabajadores tanto ansiedad como estrés e incluso, en los casos más graves, sordera.
• Iluminación insuficiente. El hecho de que en el puesto laboral cualquier persona no tenga la luz necesaria puede traer consigo desde lagrimeo hasta fatiga visual pasando por enrojecimiento de los ojos o dolores de cabeza.
• Climatización. Una temperatura inapropiada, tanto por defecto como por exceso, también ocasiona graves perjuicios a los trabajadores. Así, pueden sufrir mareos, dolores de cabeza, catarros, sudores…Y eso se traduce también en un menor rendimiento laboral.
Un panorama de riesgo puede advertir que la instalación eléctrica de una fábrica no es segura o que los trabajadores deben trasladar sustancias tóxicas a lo largo de distintos sectores de una planta. Ante este panorama, lo lógico sería que la empresa renueve su infraestructura eléctrica y modifique su estructura para que las sustancias tóxicas no recorran una gran cantidad de metros.
Para poder acometer un panorama de riesgo certero y fiel a la realidad, que sirva para poder tomar las medidas oportunas en cualquier empresa, es necesario que cuente con las dos siguientes señas de identidad:
• Debe llevar a cabo un análisis global de lo que es el ambiente de trabajo que en aquella se produce.
• En todo momento es imprescindible que la información que posea esté actualizada.