Definición de país emergente
De acuerdo a sus características económicas, sociales y políticas, los países pueden ser calificados de distinto modo. Se llama país emergente a aquel que se encuentra en vías de desarrollo o que se ha industrializado en los últimos tiempos.
Se entiende que un país emergente está saliendo del subdesarrollo gracias a una economía en crecimiento. Esa expansión le permite sentar las bases para un desarrollo sostenible a través de la construcción de nuevas infraestructuras y otras modificaciones.
Un país emergente por lo general cuenta con recursos naturales que, gracias a inversiones extranjeras y a apoyos internacionales, comienza a explotar a gran escala. También puede convertirse en un mercado financiero atractivo para los capitales.
Aunque no existen las definiciones precisas, es habitual que se considere que un país emergente está en mejores condiciones que un país subdesarrollado, aunque todavía no logró el estatus de un país desarrollado. Por eso, si bien no padece una pobreza extrema, no se trata de una nación rica.
En cuanto a la situación social de un país emergente, es frecuente que existan amplias diferencias entre las diversas clases y que el incremento de la riqueza demore en reflejarse en un mejor nivel de vida para todos los sectores.
Es importante mencionar que la noción de país emergente también es empleada por calificadoras de riesgo. Estas empresas, como Moody’s, Standard & Poor’s y MSCI, analizan la capacidad de pago que tienen los países para cumplir con sus obligaciones financieras. A mayor dificultad para pagar las deudas, mayor riesgo.
Uno de los puntos fundamentales a la hora de calificar la situación de un país consiste en entender las causas que lo han conducido a ella, ya sea que se trate de un país desarrollado o uno emergente. Es decir, no basta con evaluar un momento aislado de su historia sino que para entender en profundidad cuestiones como la calidad de vida de sus habitantes resulta necesario un contexto amplio.
Hablando en términos generales, el debate acerca de las razones por las cuales algunos países gozan de un desarrollo mayor que otros parece interminable. La mayoría adjudica esta diferencia a las consecuencias del imperialismo de Europa, que comenzó en el siglo XVI y se extendió por mucho tiempo dando lugar a la creación de colonias de extracción en los demás continentes, gracias a lo cual Europa pudo acumular riquezas y propulsarse hacia la Revolución Industrial.
Del otro lado de esta historia se encuentran las colonias, las cuales no se vieron beneficiadas de este proceso sino que pasaron a estar en una situación de precariedad y se vieron envueltas en una relación de dependencia que las privó de su libertad.
A grandes rasgos, podemos decir que los países emergentes no son todos iguales, sino que entran en esta categoría si cumplen algunas de las siguientes condiciones, las cuales no se consideran especialmente preocupantes si el desarrollo es creciente:
* todavía no puede sostenerse de forma totalmente independiente, o sea que su economía no es autosustentable;
* su índice de desocupación es alto;
* la relación entre el porcentaje de su población que se encuentra activa económicamente y su producto bruto interno (PBI) es bastante deficiente.
En este marco, existe un grupo internacional denominado BRICS, que reúne una serie de economías emergentes, de cuyos nombres se toman las iniciales para formar la sigla, ya que son las siguientes: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. No debemos dejarnos engañar por la palabra «emergentes», como si se tratara de países pobres, ya que se consideran los más importantes a nivel mundial dentro de esta categoría. Esta organización tiene como objetivos principales la cooperación entre dichas naciones y su integración en el resto del mundo.