Definición de paciente
Del latín patĭens (“padecer”, “sufrir”), paciente es un adjetivo que hace referencia a quien tiene paciencia (la capacidad de soportar o padecer algo, de hacer cosas minuciosas o de saber esperar).
El término suele utilizarse para nombrar a la persona que padece físicamente y que, por lo tanto, se encuentra bajo atención médica. Por ejemplo: “El paciente fue internado en este hospital durante esta mañana y horas más tarde debió ser sometido a una intervención quirúrgica ante la gravedad de las lesiones”, “Hoy voy a llegar tarde a casa: todavía tengo diez pacientes en la sala de espera”, “Soy paciente del Doctor Rubrovich desde hace quince años”.
Precisamente esa atención citada se compone de varias fases que permitirán que la persona enferma pueda ser tratada de la manera más conveniente y se solucione la enfermedad o lesión con la que ha llegado al centro sanitario pertinente. En concreto, la atención se divide en la identificación de todo el conjunto de síntomas que tiene, el diagnóstico que lleva a cabo el médico correspondiente, el tratamiento, la intervención quirúrgica en el caso de que sea necesaria y finalmente el resultado.
Los profesionales de la rama sanitaria es importante que a la hora de llevar a cabo su trabajo tengan muy claro que existen diversos tipos de pacientes en lo que respecta a personalidad, paciencia y empatía con los médicos y enfermeras. Así en base a esas cualidades, estos expertos deben saber que se toparan con los siguientes enfermos:
• Los que lo saben todo. Estas personas consideran que saben no sólo lo que les pasa sino también el tratamiento que deben recibir. Acaparan la conversación en todo momento, se dedican a “dirigir” a los profesionales y se manifestarán abiertamente en contra de las opciones y exámenes que no sean acordes a los que ellos consideran oportunos.
• Los tímidos. Personas calladas, que acatan todo lo que se les dice y que no preguntan nada aunque no entiendan lo que se les explica.
• Los escépticos. Son aquellos que desconfían en todo momento de los argumentos que se les dice y que ponen en tela de juicio la profesionalidad de quienes les atienden.
• Los reflexivos, que se identifican por oír los consejos que se les dan y que preguntan mucho sobre el tratamiento al que se van a someter.
Un sujeto paciente es aquel que se muestra tolerante y que puede aguardar el tiempo que sea necesario para cumplir con determinado objetivo sin alterarse: “Mi padre me dijo que sea paciente, pero la verdad que yo estoy muy ansioso por conocer el resultado del estudio”, “Jorge siempre fue un hombre paciente: no se tomó vacaciones durante diez años para ahorrar y poder comprar su casa”, “El entrenador demostró ser una persona paciente al darles oportunidades a los juveniles pero sin exponerlos o apurar su desarrollo”.
Para la gramática, el sujeto paciente es quien recibe la acción del verbo. Por lo tanto, se trata del sintagma que cumple la función sintáctica del sujeto de los verbos en voz pasiva: “Don Carlos es querido por todos” es una oración en la cual “Don Carlos” es el sujeto paciente.
En un sentido similar, la filosofía sostiene que el sujeto paciente es quien recibe o padece la acción de un agente.