Definición de órdago

El término órdago procede del vasco hor dago, que se traduce como “ahí está”. El concepto se emplea en el mus, un popular juego de cartas (naipes).

El mus se juega con la baraja española, por lo general entre cuatro individuos que se agrupan en parejas. Cada jugador recibe cuatro cartas y debe decidir si quiere “mus” (descartar al menos una carta) o “no mus” (conservar las cartas que recibió). Si todos los jugadores quieren desprenderse de cartas, el “mus” se concreta: los jugadores, entonces, deben dejar boca abajo en un montón las cartas que quieren desechar y luego reciben la misma cantidad.

La acción se repite hasta que algún jugador ya no quiera “mus”. Concretado este paso, se inicia el juego con los lances o jugadas: a grande (gana la pareja con el mayor valor de las cartas), chica (se impone la que reúne el menor valor), pares (la pareja ganadora es aquella con más cartas iguales y de mayor valor) o juego (para triunfar hay que igualar o superar 31, sumando los valores de las cartas). En cada lance, es posible “envidar” (apostar) o pasar.

Explicadas estas cuestiones, ahora sí podemos centrarnos en la idea de órdago. Así se denomina a la apuesta a juego completo. El órdago, por lo tanto, es un envite que, si es aceptado por los contrincantes, define la partida, ya que la pareja que gana la jugada también se queda con el juego más allá de los puntos acumulados hasta el momento.

En concreto, dentro de este citado juego e incluso de forma popular fuera del mismo se recurre a la expresión “lanzar un órdago”. Con esta lo que intenta expresarse es que una persona acepta como desafío el arriesgarlo todo.

La expresión “de órdago”, por último, se usa en el lenguaje coloquial para calificar a algo descomunal o superlativo. Por ejemplo: “Hace un frío de órdago, ya no sé cómo abrigarme”, “La producción de la película demandó una inversión de órdago en efectos especiales”.

En este caso, podemos exponer, por tanto, que órdago también se puede utilizar como sinónimo de palabras tales como desmesurado, excelente o incluso de calidad superior.

En el ámbito cultural nos topamos con distintas obras que usan en sus títulos el término que ahora nos ocupa. Este sería el caso, por ejemplo, del libro “Órdago: un paseo por la frontera vasca del Pirineo”.

Ese fue publicado en el año 2019, tiene como autor al profesor Álvaro de la Rica y hay que establecer que es un trabajo a medio camino entre una obra de viajes y una autobiografía. En concreto, viene a hablar sobre algunas cuestiones importantes sobre la zona geográfica a la que hace referencia. Más exactamente gira en torno a la política del lugar, al arte, a la religión, a la historia, a la fe…

Asimismo, tampoco podemos olvidarnos de “¡Órdago! Reflexiones de un jugador de mus”. Este trabajo fue escrito por el barcelonés Jordi Briñol, que es el fundador y presidente del Barcelona Mus Club así como delegado en su ciudad de la reconocida Asociación Española de Mus, más conocida como ASESMUS.

Además tenemos que destacar que Ordago Folk es el nombre de un grupo de música tradicional del País Vasco en concreto.

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