Definición de obturador
Se califica como obturador a aquello que permite obturar. Este verbo (obturar), en tanto, refiere a bloquear o tapar un canal o un agujero a través de la aplicación o la introducción de algún elemento.
En el terreno de la fotografía, se llama obturador al dispositivo de funcionamiento mecánico que, en una cámara fotográfica, se encarga de controlar cuánto tiempo se expone una película o un sensor a la luz. Podemos distinguir tres clases de obturador: el de lámina simple, el central (también llamado de laminillas) y el de plano focal (o de cortina).
El obturador de lámina simple, se considera primitivo, ya que su diseño es básico: consta de un mínimo de una hoja de metal pivotante que en su estado normal no permite que la luz atraviese el objetivo y alcance la película; al activarse la apertura de este tipo de obturador, las hojas se desplazan para que la lente del objetivo quede descubierta tanto tiempo como requiera la exposición (periodo de tiempo en el cual la luz sí puede penetrar), hasta que finalmente se vuelve a cerrar.
En el diseño del obturador central encontramos una serie de láminas cuya apertura se da de manera radial, algo parecido a lo que ocurre con el diafragma, otro de los dispositivos esenciales de la cámara de fotos ya que nos permite regular la cantidad de luz que ingresa en ella. Este tipo de obturador se usa en los objetivos de gran formato, en las réflex de objetivos gemelos y también en ciertas de formato medio.
Por lo general, el obturador central se halla en el objetivo y tiene la ventaja de poder sincronizarse con el flash sin importar la velocidad de este último; su desventaja, por otra parte, es que no puede funcionar a una velocidad de exposición superior a un quinientosavo de un segundo, o sea, a un segundo dividido en quinientos.
El obturador de plano focal lo podemos encontrar en cualquier cámara réflex de único objetivo, las que usan un solo objetivo para el enfoque y la visualización de la imagen. Se ubica al frente del dispositivo sensible a la luz y, en casi todos los casos, se compone de dos cortinillas cuyo movimiento ocurre en la misma dirección: una de cierre y otra de apertura.
El funcionamiento del obturador de plano focal se puede explicar de la siguiente manera: cuando presionamos el botón de obturación, una cortinilla desciende y así da inicio a la exposición; más adelante, cuando el tiempo de exposición que hayamos indicado se termina, otra cortinilla se mueve para cerrar la ventana por la que la luz ha ingresado a la película. En comparación con el obturador central, el de plano focal no es tan fácil de sincronizar con el flash; esto ocurre porque a mucha velocidad pueden solaparse el cierre de la segunda cortinilla con la apertura de la primera, generando un barrido de luz indeseado.
La velocidad de obturación es el tiempo en el cual el obturador permanece abierto. Expresada en segundos y fracciones, permite el control de la luz que entra en contacto con el elemento fotosensible.
En un sentido general, puede decirse que, cuando el obturador se abre por muy poco tiempo, llega una escasa cantidad de luz a la película o al sensor y se reduce o congela el movimiento. En cambio, si el obturador queda abierto durante un tiempo dilatado, pasa más luz y se capturan imágenes movidas.
Cuando el obturador permanece abierto un periodo prolongado, y por lo tanto, hay un tiempo de exposición extenso, lo mejor es utilizar un trípode para tomar la imagen. De lo contrario, la vibración del pulso tiende a hacer que la foto pierda nitidez debido al temblor.