Definición de nominalismo

La noción de nominalismo se emplea en el ámbito de la filosofía para aludir a la doctrina que rechaza, en el plano de lo objetivo, la existencia de los universales. De este modo se opone al idealismo y al realismo.

El objeto domina el concepto

Para el nominalismo, los universales son simples convenciones. Su postura es que solo existen objetivamente las cosas individuales: los conceptos generales son desarrollados mediante una actividad intelectual, careciendo de una existencia independiente de las cosas.

Para el nominalismo de predicados, éstos «son dispositivos» porque caen bajo tal predicado


Siguiendo con el razonamiento de los impulsores del nominalismo, los universales no consiguen reflejar las cualidades y las propiedades de las cosas. En definitiva, las cosas tienen existencia previa a los universales, que no son más que nombres.

El nominalismo otorga preponderancia al objeto, dejando al concepto en un nivel secundario. Desde el punto de vista de los críticos de esta doctrina, los nominalistas no tienen en cuenta que las cosas individuales contienen a lo general ni que los conceptos generales pueden reflejar propiedades reales de aquello que tiene existencia objetiva.

Surgimiento y fundadores

Aunque hay distintas vertientes en el nominalismo, puede decirse que el movimiento nació a partir de una reflexión sobre el problema de los universales. Mientras que el realismo sostiene que hay cosas que pertenecen a un mismo tipo debido a que existen los universales (ya que estos están presentes en las distintas cosas), para el nominalismo el universal es una construcción intelectual (una respuesta generada por el cerebro ante algo presente en el mundo real).

Guillermo de Ockham y Roscelino de Compiègne son dos de los pensadores señalados como fundadores e impulsores del nominalismo. Ambos realizaron diversos aportes a la filosofía de la Edad Media. Con el tiempo se desarrollaron diferentes tipos de nominalismo, con un rango que va desde el extremo a una visión prácticamente realista.

Nominalismo de predicados

De acuerdo con este tipo de nominalismo, solamente los particulares que caigan bajo el predicado P cuentan con la propiedad P. Veamos un ejemplo de esta afirmación: un ordenador y un teléfono son dispositivos porque se puede aplicar el predicado «son dispositivos» a ambos particulares. Lo mismo se puede aplicar a cualquier atributo de similitud que presenten dos objetos dados.

Los que más han criticado esta postura señalan que no nos ofrece una solución satisfactoria para el problema de los universales. Da la sensación de que no proporcione una explicación de tipo metafísica acerca del supuesto en que un conjunto de objetos sean similares o estén de acuerdo en el atributo.

Nominalismo de conceptos

Este tipo de nominalismo nos propone un enfoque diferente, según el cual solamente los particulares que caigan bajo el concepto P tienen la propiedad homónima. Entre las críticas que ha redibido destaca que requiere el uso de los conceptos para la explicación de las entidades problemáticas, y esto acarrea entrar en un nuevo problema para resolver el anterior.

Por «semejanza», cualquier particular adecuadamente similar al fútbol es un deporte

Nominalismo de semejanza

También se denomina de similitud, y afirma que solamente los particulares que se asemejen de forma adecuada a un caso paradigma de un P poseen la propiedad homónima. En otras palabras, para que un particular tenga dicha propiedad, es necesario compararlo con otro que se pueda tomar como referencia, que de manera innegable o incuestionable la tenga.

Para algunos de sus defensores, el vínculo de semejanza en sí mismo debe ser considerado un universal, el único que se necesita. Por otro lado, hay quienes creen que cada vínculo es un particular, y la relación de semejanza existe en cuanto se compare con otras, lo cual da lugar a una regresión infinita, una serie de entidades que no se termina y la gobierna un principio recursivo según el cual cada una depende de la anterior o es creada por ella.

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