Definición de movimiento de traslación

El término que nos ocupa está compuesto por dos vocablos cuyos orígenes etimológicos coinciden pues ambos provienen del latín. Así, movimiento procede de movere y traslación emana de translatio que puede definirse como la acción de llevar algo de un lado a otro.

El estado de aquel objeto que está cambiando de sitio se conoce como movimiento. El término está vinculado al verbo mover, que refiere a conseguir que algo salga de la posición que ocupa y se traslade a una distinta. Sacudir algo también se conoce como mover.

Traslación, por su parte, es un concepto con varios usos. Puede tratarse del proceso y de las consecuencias de trasladar una cosa o una persona de un espacio a otro; de una clase de figura retórica; de la traducción a un idioma diferente; o del movimiento desarrollado por un cuerpo que traza una curva de amplio radio respecto a sus dimensiones propias.

Podemos decir, por lo tanto, que un movimiento de traslación es aquel realizado por un cuerpo que dibuja una gran curva si tomamos en cuenta su tamaño. Esta noción es muy frecuente en la astronomía, ya que el movimiento de traslación es el que realizan los cuerpos celestes mientras describen sus órbitas.

El planeta Tierra, por ejemplo, realiza cuatro movimientos principales: rotación, precesión, nutación y traslación. El movimiento de traslación es aquel que nuestro planeta lleva a cabo en torno al sol, realizando una órbita de tipo elíptica con un perímetro aproximado de novecientos treinta millones de kilómetros.

En concreto, la Tierra tarda en realizar esa vuelta completa un total de 365 días, 6 horas y 9,1 minutos pues la misma se mueve en el espacio exterior a una velocidad de 108.000 kilómetros por hora.

La principal consecuencia que tiene el que nuestro planeta lleve a cabo este mencionado movimiento de traslación es que tengan lugar las llamadas estaciones del año (primavera, verano, otoño e invierno) de manera sucesiva. Y no sólo eso sino que debido al mismo en distintas partes del globo terráqueo se encuentren en distintas estaciones. Así, por ejemplo, mientras que en España se está viviendo el invierno en Chile se está disfrutando del verano.

Fundamental para entender la astronomía moderna y los estudios de la misma es tomar como punto de partida teorías de gran importancia y que se han convertido en referentes como sería el caso de la teoría heliocéntrica que establece que todo el Sistema Solar gira entorno al Sol. El polaco Nicolás Copérnico es el que está considerado como el padre de aquella y precisamente una de sus obras cumbres (“De revolutionibus orbium coelestium”) es la que está establecida como el verdadero germen de la astronomía moderna.

Las investigaciones que llevó a cabo han sido fundamentales en el campo de la ciencia pero en su momento fueron consideradas por la Iglesia casi como una herejía.

Es posible entender, en resumen, que el movimiento de traslación que realiza la Tierra son los giros que traza alrededor del sol. Mientras desarrolla esta órbita, el planeta también lleva adelante un movimiento de rotación, que implica giros sobre sí mismo a lo largo de una línea imaginaria que atraviesa los polos.

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