Definición de mortífero

Mortífero es aquello que provoca o puede provocar el fallecimiento. El término proviene del vocablo latino mortifĕrus.

Ser o cosa letal

Lo mortífero, por lo tanto, es mortal o potencialmente letal. Este adjetivo puede emplearse para calificar a animales, plantas, sustancias químicas, etc. Echando un vistazo a su etimología podemos notar sus dos componentes léxicos: mor, mortis (que le brinda el significado de «muerte») y fero (con la idea de «yo cargo o llevo»); dicho de otra manera, lo mortífero «lleva o carga la muerte».

Un incendio mortífero deja víctimas fatales


El SARS-CoV-2, por ejemplo, es un virus mortífero. Se trata del coronavirus que causa la enfermedad respiratoria conocida como COVID-19, la cual provocó cientos de miles de muertes en todo el mundo en el marco de la pandemia que comenzó a fines de 2019.

Un incendio mortífero, en tanto, es aquel que deja víctimas fatales. Supongamos que una casa vacía se prende fuego por un cortocircuito. El incidente solo genera daños materiales en la propiedad. En cambio, si las llamas destruyen un hogar de ancianos y arrojan un saldo de cuatro personas fallecidas, puede decirse que se trató de un incendio mortífero.

Gas mortífero

El ser humano puede usar su creatividad para el arte, la medicina y el deporte, entre otras disciplinas constructivas, pero también para la guerra. Y es allí donde nacen las tácticas y los productos más espeluznantes de nuestro legado como especie. El gas mortífero entra en esta última categoría, y uno de sus mayores exponentes es el denominado sarín, un agente nervioso, precisamente porque su objetivo es el sistema nervioso de manera parecida a lo que producen ciertos insecticidas.

El nombre surge del acrónimo formado por los científicos que lo descubrieron: Schrader, Ambros, Rüdiger, der Linde. Este gas es tan letal que basta con hacer que una persona inhale de manera directa una pequeña concentración para acabar con su vida en un plazo máximo de diez minutos. Actúa causando la inhibición de enzimas, con la consecuente alteración de sus impulsos nervioso, a la cual procede una parálisis muscular. Como resultado de que los músculos que intervienen en la respiración no pueden continuar funcionando, tiene lugar la asfixia.

El sarín se ve como un líquido transparente, no tiene sabor ni color y es muy volátil. Tiene la capacidad de penetrar la vestimenta y la piel del ser humano en muy poco tiempo. Como si esto fuera poco, una prenda de ropa que entre en contacto con esta sustancia puede continuar liberándola por más de media hora, exponiendo a más individuos.

Entre los síntomas más comunes se encuentran la opresión pectoral, las secreciones de la nariz y la boca, la dificultad para respirar, la contracción de las pupilas, náuseas o vómitos, paro respiratorio, convulsiones e incapacidad de mover las extremidades. Si se aplica pralidoxima o atropina, entre otros fármacos, en cuanto el gas mortífero ha sido inhalado, es posible salvar a la persona.

Sarín es un gas mortífero capaz de matar en minutos

En sentido figurado

La idea de mortífero también puede usarse de manera simbólica. Supongamos que una empresa que utiliza insumos importados para el desarrollo de su producción atraviesa una crisis económica. En un lapso de pocas semanas, además, hay una devaluación del 80%, con lo cual la moneda nacional pierde valor y los artículos procedentes del exterior se encarecen mucho. Frente a esta situación, la compañía se ve forzada a cerrar sus puertas. Como se puede apreciar, la devaluación asestó un golpe mortífero a la firma en cuestión.

Por último, un equipo de fútbol que, en un torneo, alcanza un promedio de cuatro goles por partido, tiene un ataque mortífero. Sus jugadores están preparados y capacitados para lastimar deportivamente a sus adversarios.

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