Definición de monzón
El vocablo del árabe clásico mawsim puede traducirse como “temporada”. Este término se utilizaba sobre todo con referencia a aquella época favorable para la navegación gracias a los vientos.
Mawsim llegó al árabe como mawsam, y este al portugués como moução o monção. A nuestro idioma el concepto arribó como monzón: así se denomina al viento periódico que, especialmente en el océano Índico, sopla en una dirección en determinados meses y en el sentido opuesto en otros.
Durante la temporada de verano del hemisferio norte, el monzón trae abundantes precipitaciones. En el invierno, en cambio, se trata de un viento frío y seco.
Cuando la superficie terrestre se calienta o se enfría, lo hace de manera más rápida que el agua. En el verano, de este modo, la superficie tiene mayor temperatura que el océano, lo cual provoca el ascenso del aire sobre la tierra y la generación de una zona de baja presión. El viento, mientras tanto, sopla desde regiones de alta presión hacia otras de baja presión. El resultado: un viento continuado durante la estación más calurosa que avanza desde el océano y que trae lluvias causadas por el aire húmedo que se eleva y luego se enfría.
En el invierno, la temperatura del océano es mayor que la de la tierra porque demora más en enfriarse. Al subir, el aire genera una zona de baja presión en el agua, y el viento sopla desde la superficie hacia allí.
Cabe destacar que los monzones resultan positivos al contribuir al riego de los terrenos, aunque a su vez pueden volverse negativos cuando producen inundaciones y favorecen la proliferación de insectos que transmiten enfermedades.
Con el correr de los años, los científicos han entendido los vientos monzones en mayor profundidad, y de esta manera han ampliado su definición incluyendo prácticamente cualquier fenómeno que se asocie con el ciclo meteorológico que tiene lugar de forma anual tanto en los continentes tropicales como en los subtropicales de Australia, Asia, África y América del Sur, en los que también participan los océanos y los mares adyacentes. Es precisamente en estos sitios donde ocurren los cambios climáticos más drásticos.
Desde un punto de vista más amplio, los denominados sistemas monzónicos siempre han estado ligados a la formación de supercontinentes, como ocurrió con el gran Pangea, cuyos climas eran extremos.
En la India podemos encontrar el monzón de verano y el de invierno. En la zona boreal del subcontinente indio, más precisamente en el desierto de Thar, durante el verano la temperatura alcanza altos picos desde la mañana hasta la tarde, y el aire de la superficie genera una depresión local cuando se eleva. Se trata del punto en el que se origina la circulación que se completa con las costas del Océano Índico.
En el Himalaya converge el aire húmedo y cálido que llega del mar, tanto desde el oeste como desde el este, y allí se eleva y se enfría el aire, dando lugar a la formación de nubes y al surgimiento de lluvias.
Desde el mes de septiembre en adelante, las temperaturas del día decrecen en la zona boreal y los días terminan antes. En el lago Baikal surge el anticiclón siberiano, una masa de aire seco con una temperatura considerablemente baja, a veces por debajo de los -40 grados Celsius. Los vientos alisios aparecen precisamente al sur de dicho anticiclón y se dirigen hacia la zona de convergencia intertropical.
Monzón, por último, es un apellido usual en varios países. En este contexto se puede recordar al boxeador argentino Carlos Monzón (1942-1995), campeón mundial de los medianos entre 1970 y 1977 y condenado a prisión por el asesinato de su pareja, Alicia Muñiz.