Definición de momia
La etimología de momia nos lleva al árabe clásico mūmiyā’, un vocablo que aludía al betún empleado en el embalsamamiento de cadáveres. Dicho término, a su vez, derivaba del persa mum, que puede traducirse como “cera”.
Una momia es un cadáver que, ya sea por un procedimiento realizado por el hombre o de manera natural, se desecó sin pudrirse. Las momias, por lo tanto, no ingresan en putrefacción pese al paso del tiempo.
En la mayoría de las regiones del planeta, cuando un ser humano o un animal mueren, se inicia un proceso de degradación. Sin embargo, en ciertas zonas, esto no sucede ya que el frío, la sequedad y otras condiciones impiden la aparición de microorganismos: de este modo, el cuerpo se momifica.
Los niños del Llullaillaco son un ejemplo de momias naturales. Se trata de tres pequeños incaicos fallecidos en un rito hace unos cinco siglos, cuyos restos fueron hallados cerca de la cumbre del volcán Llullaillaco, en la provincia argentina de Salta. Por las características ambientales, los cuerpos se convirtieron en momias que se conservaron en muy buenas condiciones.
Por motivos religiosos, diversas culturas desarrollaron la momificación artificial con la intención de preservar los cadáveres. En el Antiguo Egipto la práctica tenía una gran importancia ritual, ya que preparaba al difunto para el viaje al Más Allá.
Existe una leyenda popular vinculada a una supuesta maldición de las momias egipcias, que atacarían a quienes intentan profanar sus tumbas. A lo largo de la historia se crearon libros, cómics, series de TV y películas inspiradas en esta creencia, como la trilogía cinematográfica protagonizada por Brendan Fraser.
Las denominadas sokushinbutsu son momias budistas cuyo proceso comienza mientras el monje aún está vivo. Esto de consigue mediante la práctica extrema del ascetismo, la doctrina filosófica que persigue la purificación del espíritu a través de la negación de los placeres físicos, ya que va en contra del propio instinto de supervivencia.
Si bien hasta el momento se conocen tan sólo veinticuatro momias de este tipo, se estima que muchos monjes lo intentaron y fracasaron. La mayoría de los historiadores coincide en que el monje conocido como Kukai, quien fundó la escuela budista Shingon hacia finales del siglo VIII en Japón, aprendió la técnica del sokushinbutsu en China, específicamente de la Dinastía Tang.
En Tenerife, una isla de la comunidad autónoma de Canarias ubicada en el océano Atlántico, se encuentran los restos de las momias guanches. Pertenecen a una tribu aborigen homónima, que practicaban la momificación antes de que el archipiélago canario fuese conquistado por la Corona de Castilla, es decir, en la época anterior al siglo XV.
Si bien a causa de los actos de profanación y saqueo no se conservan muchas momias guanches, algunas pudieron ser rescatadas y estudiadas con detenimiento. Una de las características que más salta a la vista de los expertos es que las técnicas de embalsamamiento se parecen mucho a las usadas por los antiguos egipcios.
Otra de las momias más conocidas es la llamada Juanita, perteneciente a la cultura Inca y hallada en la región de Arequipa, en Perú, en el año 1995. La descubrieron Johan Reinhard y Miguel Zárate, un arqueólogo y un andinista, respectivamente, durante una expedición al volcán Ampato, actualmente inactivo. Lo primero que les llamó la atención fue su excelente estado de conservación y la presencia de muchas ofrendas a su alrededor, entre las que se encontraban algunas estatuillas denominadas illas y diversas plantas.
Al año siguiente, la exhibieron en una sede de la Sociedad Geográfica Nacional de Washington, Estados Unidos de América, en una urna climatizada adecuadamente y luego la donaron a la Universidad Católica de Santa María de Arequipa.