Definición de minifundio

Minifundio es un término compuesto por el prefijo mini (algo pequeño, breve o corto) y el sustantivo latifundio (una finca rústica de gran extensión). En concreto, tendríamos que decir que la segunda parte del término, fundio, procede del latín. Más exactamente, etimológicamente hablando, podemos decir que emana del vocablo “fundus”, que se usaba para dejar constancia de la base sobre la que se asentaba cualquier cosa.

Un minifundio, por lo tanto, es una finca que se caracteriza por su extensión reducida.

Por ejemplo: “Mi padre tiene un minifundio en las afueras de la zona urbana”, “El progreso de la región estará en los minifundios, y no en las grandes superficies de tierra repartidas entre pocas manos”, “El gobierno anunció un plan de ayuda para los minifundios afectados por la sequía”.

Cabe destacar que, por su extensión tan reducida, la explotación económica de un minifundio resulta dificultosa. Para que la explotación sea viable, deben considerarse diversas cuestiones como el trabajo, la calidad de la tierra, el capital y las técnicas utilizadas. Algunos cultivos pueden desarrollarse en superficies de 2 hectáreas, mientras que otros requieren de más de 100 hectáreas para ser rentables.

Cuando las dimensiones del minifundio impiden su explotación económica y la comercialización de la producción, el agricultor puede aprovechar los cultivos para el autoconsumo. Esto quiere decir que las plantaciones se destinan a la agricultura de subsistencia (se consume lo que se produce) y no a la venta para obtener ingresos monetarios.

Así, actualmente, en muchas ciudades del mundo existen zonas que se han convertido en completos minifundios para los vecinos. Y es que en esos terrenos, ellos aprovechan para plantar cultivos que les permiten subsistir y ahorrarse una importante cantidad de dinero, pues son alimentos que ya no tienen que comprar en los establecimientos comerciales.

Tomates, patatas, lechugas o cebollas son algunos de los productos que habitualmente se plantan en este tipo de tierras que históricamente se han definido por dos de sus características: por sus dimensiones muy pequeñas y porque no tienen eficacia económica, es decir, no sirven para poder generar ingresos.

Además de todo lo expuesto, merece la pena conocer otros datos de interés acerca del minifundio:
• Diversas son las medidas que se establecen para considerar que un terreno tiene esa categoría. No obstante, por ejemplo, en España se establece como tal las diez hectáreas mientras que en América se extiende hasta las treinta hectáreas.
• Es importante tener en cuenta que, en función del cultivo, esos tamaños citados pueden servir sólo para la agricultura de subsistencia o bien incluso para sacarle rentabilidad a los mismos.

El origen del minifundio está asociado a las herencias, cuando los terratenientes dividen una propiedad para dejar tierras a sus hijos. De esta manera, los grandes latifundios empezaron a subdividirse en terrenos más pequeños (minifundios). Como estos minifundios no pueden explotarse de manera rentable, las nuevas generaciones de campesinos tienden a emigrar a la ciudad.

Este fenómeno hereditario se puede decir que es una de las consecuencias que tuvieron las acciones de injusticia social cometidas por los llamados “señores” en siglos anteriores.

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