Definición de mansedumbre
El vocablo latino mansuetūdo llegó al castellano como mansedumbre. Así se denomina a la cualidad de manso.
Carácter dócil
El término manso, en tanto, refiere al carácter dócil y apacible de una persona o un animal. Cuando la noción alude a una cosa, hace mención a que es o se encuentra calmada o aquietada.
En el buen sentido, mansedumbre es «docilidad»
Retomando la idea de mansedumbre, se vincula a una suavidad en la expresión, el comportamiento, el trato o la conducta. Por ejemplo: “Estos animales se caracterizan por su mansedumbre, no es habitual que se comporten de manera agresiva”, “La mansedumbre de los niños sorprendió al nuevo docente”, “Luego de varios años tumultuosos, el cantante dejó las drogas, se retiró un tiempo de la escena pública y regresó haciendo gala de una mansedumbre sorprendente”.
Existe una idea generalizada de que el comportamiento de los animales puede intuirse prestando atención a las razas; por ejemplo: se cree que los labradores son mansos y muy inteligentes, así como los bull terriers tienden a desafiar a las personas por seguir sus propios impulsos. Pero en la realidad cada individuo tiene su propia forma de ser, ya sea un animal o una persona. Hasta cierto punto podemos confiar en las generalizaciones, que también se aplican a grupos de seres humanos según su cultura, pero siempre hay excepciones.
Falta de reacción
En algunos contextos, mansedumbre se emplea de forma despectiva ya que se asocia a la sumisión, la cobardía, la debilidad y la falta de reacción: “El pueblo por fin abandonó su habitual mansedumbre y salió a las calles a reclamar”, “No entiendo la mansedumbre de Enrique, sabe que lo están estafando y no hace nada”, “Los gobernantes suelen aprovecharse de la mansedumbre de la gente, por eso es importante que todas las personas estén dispuestas a defender sus derechos”.
Este término es muy adecuado para estudiar la importancia del contexto y de conocer las diferentes acepciones de las palabras: mientras que en los primeros ejemplos hablábamos de mansedumbre como un adjetivo que representa un rasgo positivo de la personalidad, en éstos se presenta una idea prácticamente opuesta. No es lo mismo la docilidad que la falta de compromiso necesaria para actuar en los momentos cruciales de la vida. Dicho de otra manera, no es igual perdonar un error que soportar un abuso constante sin hacer nada al respecto.
Pensemos en la primera oración: los ciudadanos deciden dejar de tolerar una serie de injusticias que llevaban perjudicándolos desde hacía mucho tiempo, para finalmente reunirse en la vía pública y exigir el respeto de sus derechos. En este caso, se entiende mansedumbre como «sumisión», de forma que no podemos aceptarlo como un comportamiento sano, sino como uno que debe corregirse y revertirse para terminar con el abuso. Seguidamente se habla de un hombre que es consciente de una estafa en su contra y a pesar de ello no se levanta.
El miedo es muchas veces el facto principal que lleva a ciertas personas a soportar situaciones de injusticia sin decir o hacer nada al respecto. Quienes están del otro lado, como en el último ejemplo son los gobernantes, notan en sus víctimas esta falta de fuerza para enfrentar el maltrato y apoyan en ella sus estrategias, con la seguridad de que nadie se opondrá a su accionar.
Tolerar la injusticia sin hacer nada también es «mansedumbre»
Mansedumbre cristiano
Para la religión cristiana, la mansedumbre es una virtud. En este caso, se vincula a la fuerza interior para no dejarse dominar por las emociones y entregarse con confianza a Dios.
La mansedumbre, en este marco, es obra del Espíritu Santo y contribuye a que en los vínculos humanos prevalezca el respeto. Además ayuda a conservar la calma en momentos adversos y a pensar antes de actuar.