Definición de madera
Descubrir el origen etimológico del término madera es lo primero que vamos a hacer. En este caso, tenemos que exponer que emana del latín, exactamente deriva de “materia”, que equivale a “materia prima” u “origen” y que es el resultado de la suma de dos componentes léxicos de dicha lengua:
-El sustantivo “mater”, que puede traducirse como “madre”.
-El sufijo “-ia”, que se usa para indicar “cualidad”.
Se denomina madera al sector sólido de un árbol. Este elemento se halla recubierto por la corteza (la capa superficial).
La madera es un material de una cierta elasticidad que se encuentra en el tronco de los árboles. Como el crecimiento de estas especies vegetales se desarrolla mediante la formación de anillos concéntricos, en la madera es posible distinguir varios estratos.
Tras la corteza aparece el cámbium, formado por el floema y el xilema. A la parte más joven de la madera se la denomina albura, mientras que el corazón –conocido como duramen– es el sector de mayor consistencia. En la zona central además aparece la médula vegetal, de resistencia reducida.
El ser humano siempre ha aprovechado la madera de múltiples formas. Una vez que el árbol es cortado y se extrae el material, la madera seca puede usarse como leña para encender el fuego; para la producción de la pasta o pulpa que se destina a la fabricación de papel; o para elaborar un sinfín de productos.
Los usos de la madera son tan variados que puede destinarse a fabricar desde un plato hasta un medio de transporte (como un carro o una canoa), pasando por mesas, sillas y adornos. Debido a que las características y las propiedades de la madera dependen de cada especie, se elige uno u otro árbol para cada caso.
De la misma manera, no podemos pasar por alto la existencia de lo que se conoce como maderas nobles. Este término se utiliza para referirse a aquellas que tienen tres principales características: son muy duras y resistentes, cuentan con una enorme uniformidad y disponen de vetas. Eso sin olvidar que muestran una notable resistencia a la carcoma.
Precisamente por las características citadas se han convertido en las más utilizadas para darle forma a muebles de lujo y de alta calidad. Eso sí, tienen un inconveniente: son realmente caras y no están al alcance de todos los bolsillos.
Asimismo, tenemos que destacar que entre las maderas nobles se hallan la de roble, la de caoba, la de nogal, la de castaño, la de aliso y la de cerezo, entre otras.
Según su dureza, la madera se clasifica como blanda o dura. Las maderas blandas proceden de árboles que crecen rápido como las coníferas, son más ligeras, se rompen con mayor facilidad y tienen menor vida útil. Las maderas duras, en cambio, se obtienen de árboles que crecen lento, se caracterizan por su densidad y resultan muy resistentes. Esto hace que las maderas duras sean más costosas que las maderas blandas.
Además no podemos olvidar que también ese término se usa para darle forma a una expresión muy coloquial: “tener madera de…”. Esta se emplea para indicar que una persona tiene unas cualidades muy concretas para ejercer una profesión o alcanzar un status concreto. Así, se puede decir: “Manuel tiene madera de futbolista”.