Definición de libar
La noción de libar tiene su origen etimológico en el vocablo latino libāre. El concepto suele emplearse para aludir a lo que hacen los insectos al sorber el néctar de las flores.
Se llama néctar a la sustancia azucarada que producen los nectarios. El nectario, en tanto, es una glándula que tienen determinadas flores.
Las abejas y otros animales, en este marco, se encargan de libar el néctar para alimentarse. Esto quiere decir que chupan con suavidad este jugo. Para las flores, la producción de néctar es vital para atraer a los insectos que luego realizan la polinización (el traslado del polen).
Tomemos el caso concreto de las abejas. Para poder libar, los ejemplares cuentan con una probóscide, una especie de lengua de gran extensión. A la vez disponen de piezas bucales que favorecen dicha succión. Dependiendo del largo de la probóscide, los distintos tipos de abejas están en condiciones de libar, o no, néctar de ciertas flores: si la lengua es corta, la acción de libar solamente es posible en aquellas flores que presentan su corola abierta.
Al arribar a una flor, las abejas prueban la calidad del néctar. Cuando el néctar es acorde a sus necesidades, siguen acudiendo a esa clase de flor para libar.
En el lenguaje coloquial, por otra parte, se habla de libar con respecto a saborear un licor u otra bebida. Una persona que se dedica a libar algo, lo que hace es paladearlo. Por ejemplo: “Mi padre me enseñó que tienes que libar el licor, no beberlo con prisa”, “En el restaurante me ofrecieron un pequeño vaso para libar el nuevo vino de la bodega San Roque”, “No deberías libar ron en horas de trabajo”.