Definición de leísmo
La noción de leísmo se utiliza en el ámbito de la gramática para aludir al reemplazo de los pronombres personales “lo”, “los”, “la” y “las” por las formas “le” y “les” en el complemento directo. Se trata de una característica del modo de expresión de ciertas regiones, aunque no siempre se considera correcto desde el punto de vista gramatical.
Por ejemplo: “Ramón lo ha golpeado / Ramón le ha golpeado”, “Ya lo he escuchado a Juan / Ya le he escuchado a Juan”, “A tu padre lo veo muy animado / A tu padre le veo muy animado”.
Además de todo lo expuesto tenemos que establecer que el leísmo se usa de forma muy habitual en ciertas comunidades de España. Este sería el caso de Madrid, Castilla y León o Cantabria, entre otras.
La norma culta del castellano indica que, para realizar la sustitución de manera adecuada, se debe atender la función sintáctica desarrollada por el pronombre. También hay que considerar el número y el género gramatical de la palabra referida.
El leísmo referido a un cosa y el leísmo plural no son aceptados por la Real Academia Española (RAE). Sin embargo, sí se permite cuando se refiere a una persona masculina singular.
Lo correcto según el ámbito académico es usar las formas “lo” y “los” para el género masculino y “la” y “las” para el género femenino siempre que el pronombre actúe como complemento directo. De todos modos, como decíamos, el leísmo se admite en el masculino singular.
Si el pronombre se desempeña como complemento indirecto, en tanto, hay que utilizar las formas “le” y “les” más allá del género: “Le comenté al jefe que mañana no voy a venir a trabajar”, “Anoche le conté un cuento a mi sobrino”, “Les pedí a mis padres que me acompañen al médico”.
Hay que conocer, además, que se impuso mucho el leísmo durante el llamado Siglo de Oro en España. De ahí que incluso se convirtiera en una constante en obras de grandes escritores de aquel momento y de todos los tiempos como es el caso de Miguel de Cervantes, Calderón de la Barca, Francisco de Queveo o Tirso de Molina, entre otros muchos.
Una región del citado país donde el leísmo jamás llegó y donde no se utilizaba ni antes ni ahora tampoco es Andalucía.
Hubo que esperar en España al siglo XVIII, concretamente al año 1796, para que la RAE tomara la decisión de ‘condenar’ tanto al leísmo como al loísmo y al laísmo. Y así se encuentran desde aquel entonces. No obstante, eso no impide que se sigan utilizando en muchas regiones como las ya mencionadas anteriormente.
Es importante conocer, además, que hay varios tipos de leísmo, entre los que podemos destacar los siguientes:
-El leísmo de contacto que consiste, fundamentalmente, en la utilización del “le” para sustituir a todos los pronombres tanto de dativo como de acusativo.
-El leísmo de cortesía, que es uno de los más utilizados. Consiste en usar el pronombre dativo para concordar con el ‘usted’.
No obstante, además de esos dos, también se puede hablar del leísmo aparente.