Definición de invicto
El vocablo invictus llegó a nuestro idioma como invicto. Este adjetivo se emplea para calificar a aquel o aquello que nunca fue derrotado.
Por ejemplo: “El equipo de la capital terminó invicto el torneo, con doce victorias y cinco empates”, “Nunca pensé que pudiéramos convertirnos en campeones invictos, pero los resultados han superado mi expectativas”, “El presidente se mantiene invicto: participó en cuatro procesos electorales y en todos fue el candidato más votado”.
Tomemos el caso del seleccionado francés de fútbol en la Copa del Mundo Rusia 2018. Este conjunto disputó la primera ronda como integrante del Grupo C, logrando dos triunfos (ante Australia y Perú) y un empate (frente a Dinamarca). Luego derrotó a Argentina en los octavos de final, a Uruguay en los cuartos de final, a Bélgica en la semifinal y a Croacia en la final. De este modo, completó el Mundial disputando siete partidos, con un saldo de seis triunfos y un empate: es decir, se consagró campeón invicto.
En el fútbol y en otros deportes, en tanto, también existe la noción de valla invicta. Así se denomina al hecho de mantener el arco (la portería) en cero, sin recibir goles en contra. Si Japón le gana 3 a 0 a Indonesia, el arquero (portero) japonés habrá logrado mantener la valla invicta.
Un boxeador invicto, por último, es aquel que no conoce la derrota. El estadounidense Floyd Mayweather Jr., por citar un caso, es un púgil que consiguió la proeza de terminar invicto su carrera profesional: peleó cincuenta veces y obtuvo cincuenta triunfos, veintisiete de ellos por nocaut.
Como podemos apreciar de los ejemplos anteriores, cualquier título o reconocimiento que lleve en su nombre el término invicto es altamente codiciado, ya que indica la ausencia de fracasos, la victoria absoluta o, como mucho, con algún empate. Esto se aproxima al signficado de carrera intachable, aunque esta expresión se use también en otros ámbitos.
Una carrera intachable carece de «manchas», de escándalos que hayan puesto en duda la reputación de la persona. En cambio, el concepto de invicto hace referencia a la existencia de ciertas competencias en las que la persona se ha enfrentado y que siempre ha superado sin ser derrotada. Claro que esto no significa que una trayectoria con ciertos fracasos sea negativa o que no haya valido la pena el esfuerzo.
Precisamente, el gran problema de términos como invicto o perfecto es que generan una inmensa presión en los estudiantes y en los profesionales por alcanzar ese estado casi divino en el que no existen los errores. En la práctica, como bien señalamos más arriba, incluso un campeón invicto puede haber terminado uno o más enfrentamientos con un empate, de manera que no se trata de alguien «perfecto».
De hecho, que un deportista no haya conocido la derrota en toda su carrera no significa que nadie pueda vencerlo, sino que ha tenido la combinación de talento, destreza y suerte necesaria para que esto no sucediera en ninguno de los campeonatos. Y esto nos lleva a pensar en el riesgo que acarrea perseguir uno de estos títulos, en especial si el individuo no lo consigue.
En el ámbito del deporte y en especial en las disciplinas que se basan en competiciones, como ser el patinaje artístico y la natación, la búsqueda de la perfección es muy común, y de este modo muchos niños y adolescentes hacen caso omiso de las necesidades propias de su edad para ir detrás de un objetivo que: si no consiguen, se convertirá en un fracaso imposible de sostener, dado el esfuerzo descomunal puesto en él; si lo consiguen, de todos modos nadie les devolverá los años que dedicaron exclusivamente a él.