Definición de insurrección
El término insurrección proviene del vocablo latino insurrectio y hace mención a una sublevación o una revuelta. Se trata de una acción desarrollada por una comunidad, una colectividad, etc. que decide rebelarse contra las autoridades o contra el orden establecido.
Muchas veces insurrección se usa como sinónimo de levantamiento, rebelión o revolución. De todos modos, cada concepto tiene su matiz y su impronta, por lo cual es posible elegir la palabra más apropiada de acuerdo al contexto.
A nivel general puede decirse que una insurrección es un movimiento espontáneo de protesta, que suele surgir como una reacción ante una acción que se considera contraria a los intereses de quienes se rebelan. La insurrección, por lo tanto, no cuenta con un programa definido ni aspira a sostenerse en el tiempo.
La rebelión, en cambio, suele estar organizada y contar con una proclama política bien definida. La revolución, por último, es un levantamiento armado que aspira a derrocar al gobierno y a conseguir un cambio profundo y duradero de la organización económica y política.
Es posible afirmar, en definitiva, que la insurrección es un alzamiento o un estallido motivado por una causa específica pero sin un plan de acción concreto. Sin embargo, la insurrección puede ser el primer paso hacia una iniciativa más organizada y de mayor alcance, como una revolución.
“Insurrección”, por otra parte, es una canción que forma parte del álbum “Enemigos de lo ajeno” de la banda española El último de la fila. El tema está considerado entre los mejores del pop-rock de España de toda la historia.
Este término forma parte del vocabulario de cualquier persona con un grado de educación básico, aunque esto no significa que su uso sea muy común en el habla cotidiana. Dado que se refiere a situaciones de tipo bélico o de emergencia, no lo encontramos en la mayoría de las conversaciones.
Para comprender mejor su significado podemos recurrir a sus varios sinónimos, entre los cuales destacan los siguientes: sublevación, insubordinación, rebelión, motín, levantamiento, subversión, sedición, revolución y revuelta. En esta lista notamos que aparecen algunas de las palabras que en párrafos anteriores distinguimos de insurrección, como ser revolución y rebelión.
Entre los antónimos más comunes tenemos obediencia y sumisión. Resulta curioso notar que estos últimos dos términos hagan referencia a una actitud más que a una acción, de manera que no se trata de significados perfectamente opuestos, sino que requieren de un contexto para surtir el efecto deseado. Podemos notarlo, por ejemplo, en la siguiente oración: «Mientras que la región oriental de la ciudad respondió con sumisión, la occidental recurrió a la insurrección».
El contraste entre estos conceptos se puede apreciar aún más si tomamos sus adjetivos: «El grupo insurrecto se nos ha ido de las manos: si no hacemos algo a tiempo, la ciudad se convertirá en un auténtico campo de batalla«, «Debemos agradecer que la mayoría del pueblo se haya mostrado sumisa ante nuestra decisión de recortar el presupuesto».
El 5 de mayo de 1945 comenzó un suceso histórico conocido con el nombre de Insurrección de Praga. Se trató de la búsqueda de libertad por parte de los checos ante la ocupación alemana en el marco de la Segunda Guerra Mundial. Duró tres días, hasta que se produjo un alto el fuego.
Con respecto a los antecedentes de la Insurrección de Praga, debemos señalar que la ciudad había sufrido a causa de factores tales como la anulación de los derechos políticos, la militarización de la economía y la deportación de muchas personas a Alemania por la fuerza para cubrir diversos puestos de trabajo generalmente indeseados. Además, esto no sólo afectó a la clase obrera sino a una porción de la baja burguesía.