Definición de inquilinismo
El inquilinismo es la relación que se establece entre dos seres vivos cuando uno vive en el refugio del otro o incluso en el interior de su cuerpo o sobre él, aunque sin perjudicarlo ni afectarlo. El inquilino asume el rol de comensal: se beneficia del vínculo con la otra especie y no le causa daño ni le aporta algo positivo.
Estas consecuencias de la interacción definen al inquilinismo y lo diferencian del mutualismo (que ayuda a quien hospeda) y del parasitismo (que damnifica al hospedador). En el caso del inquilinismo, el inquilino se favorece al conseguir amparo pero sin causar una desventaja al otro organismo.
Podemos encontrar múltiples ejemplos de inquilinismo en la naturaleza. Hay insectos que residen en las madrigueras que crean los ratones, comiendo hongos y residuos. Las ardillas, en tanto, se instalan en el interior de los troncos de los árboles.
Las plantas epifitas, por su parte, se desarrollan sobre otros vegetales, a los cuales aprovechan como soporte. Esta relación es de inquilinismo debido a que la epifita no se comporta como parásito: no obtiene nutrientes de la otra especie.
En el entorno acuático, existen crustáceos que se adhieren a las ballenas. De esta forma, el cuerpo del cetáceo funciona como soporte e incluso sirve como medio de transporte. Aunque en ocasiones la ballena sufre algún perjuicio menor, se considera al vínculo como inquilinismo.
El inquilinismo, en definitiva, es una interacción interespecífica entre diferentes especies. Una de ellas se beneficia al conseguir resguardo, mientras que a la otra le resulta indiferente.