Definición de inoloro
Si alguien acude al diccionario general de la Real Academia Española (RAE) para buscar el término inoloro, no lo encontrará. Sin embargo, el concepto forma parte del Diccionario de Americanismos de la entidad, que reconoce su uso en casi una decena de naciones.
No obstante, podemos establecer que en el latín se encuentra el origen etimológico del término inoloro que ahora nos ocupa. Y es que es fruto de la suma de dos componentes léxicos de dicha lengua:
-El prefijo “in-”, que significa “no” o “sin”.
-El sustantivo “odor, odoris”, que puede traducirse como “olor”.
Se trata de un adjetivo que califica a aquello que carece de olor. Inoloro, por lo tanto, puede utilizarse como sinónimo de inodoro.
Por ejemplo: “Este producto, al secarse, se vuelve inoloro”, “Hay gases tóxicos que son inoloros y por eso resulta difícil detectarlos”, “Para desinflamar el músculo, el médico me indicó que utilice un gel inoloro”.
Cabe destacar que se conoce como olor a la sensación generada por un efluvio en el olfato. Cuando algo no provoca ese tipo de impresión, no tiene fragancia o aroma: es decir, es inoloro.
Suele afirmarse que el agua es inolora, además de insípida (no tiene sabor) e incolora (sin color). En un sentido estricto, la afirmación es verdadera ya que el agua pura se compone de dos átomos de hidrógeno y un átomo de oxígeno y esas moléculas son inoloras.
El agua que bebemos, en cambio, incluye otras sustancias en su composición, por lo general minerales que le confieren diversas propiedades. De esta manera, se convierte en un producto perceptible de diversos modos por los sentidos. Aunque tal vez nos cueste identificar el olor a agua, no se trata de un elemento realmente inoloro.
En el ámbito de la limpieza se usa el término que nos ocupa. Así, se habla de productos para acometer esa labor que carecen de olor, bien para que no se mezcle ese aroma con otros que puedan existir o bien para que no puedan resultar molestos o perjudiciales.
Muchas veces, cuando ciertos alimentos son inoloros o su olor es muy tenue, se les añade un aromatizante para que resulten más atractivos o agradables a las personas. El olfato es un sentido que genera emociones y activa recuerdos en el ser humano.
Precisamente tenemos que establecer además que hay una patología que sufren muchas personas y que les lleva a vivir en un mundo completamente inoloro. En concreto, nos estamos refiriendo a la llamada anosmia, que es una afección que lleva a quienes la tienen a no oler nada, es decir, por una cuestión genética nacen sin el sentido del olfato.
No obstante, hay quienes la sufren a partir de una rinitis, una enfermedad viral o una congestión nasal, pero en estos casos se trata únicamente de algo temporal. Un ejemplo de esta situación es la de que muchos de los infectados por el coronavirus han reconocido que entre sus síntomas estaba la falta de olfato.
Esa situación les resulta peligrosa ya que no pueden detectar cuando un alimento se encuentra en mal estado y tampoco pueden saber si en su casa hay, por ejemplo, una fuga de gas.