Definición de injerto
El concepto de injerto proviene de insertus, un vocablo latino que se traduce como “introducido”. Una palabra esa que, a su vez, deriva del verbo latino “insertare” que puede traducirse como “introducir” o “meter una cosa en otra”.
El término tiene varios usos de acuerdo al contexto.
En concreto, podemos establecer que entre los sinónimos de injerto nos topamos con palabras tales como inserción, fijación, implantación, implante, brote o esquejo.
Se denomina injerto a la porción de una planta que se une a otra que ya está asentada, creciendo ambas como un solo organismo. El injerto debe contar con al menos una yema que se suelda al patrón.
Los injertos sirven como método de propagación: se toma un fragmento de una planta y se lo traslada a otro lugar, donde se sigue desarrollando. Así es posible favorecer el crecimiento de diversas especies, sobre todo en terrenos poco propicios, ya que se hace uso de la resistencia mayor que tiene el pie que se utiliza.
Para que el injerto se adhiera correctamente, debe insertarse en una planta del mismo género o que tenga un parentesco muy cercano. De lo contrario, la unión vascular que se requiere para que el ejemplar crezca como uno solo no se producirá.
Entre las ventajas que trae consigo utilizar la técnica del injerto en el ámbito de la agricultura podemos destacar que están que ayuda a renovar árboles viejos, que da la posibilidad de reproducir árboles frutales que ofrezcan productos de calidad y que tengan una alta productividad. Eso sin pasar por alto que facilita labores como la poda o la cosecha de frutos e incluso que permite reproducir de forma perfecta lo que viene a ser una planta madre.
Entre sus desventajas está que, por ejemplo, se pueden presentar muertes prematuras.
En el ámbito de la medicina, por otra parte, un injerto es una porción de un tejido vivo o de un órgano que, con una intención estética o como reparación de una lesión, se implanta en el cuerpo. La colocación de un injerto implica el desarrollo de un procedimiento quirúrgico.
El traslado del tejido puede realizarse de un sector del cuerpo a otro o incluso de un individuo a otro diferente. La irrigación sanguínea no se desplaza, sino que surge otra irrigación en el lugar de implante.
En este campo tenemos que indicar que en los últimos años se ha puesto muy de moda el injerto capilar. Exactamente entre los hombres ha crecido de forma considerable este tipo de implante de pelo con el que consiguen hacerle frente a su calvicie, independientemente del nivel que tenga ya esa.
Dicho tipo de trasplante puede llevarse a cabo a través de distintas técnicas. No obstante, una de las más solicitadas y más avanzadas es la que responde al nombre de Técnica FUE. Esta consiste en la extracción de las unidades foculares de la persona en cuestión, mediante microbisturís, y luego más tarde se llevan a cabo las fases de preparación e implantación.
El injerto de piel es uno de los más habituales. Cuando una persona sufre una gran quemadura, por ejemplo, se le puede retirar la piel dañada y, en su lugar, realizar un injerto de piel nueva.