Definición de infusión
Una infusión es una bebida obtenida a partir de ciertos frutos o hierbas aromáticas, que se introducen en agua hirviendo. De esta manera, podemos mencionar que el té y el café son infusiones.
El té, por ejemplo es una infusión creada a partir de las hojas y brotes de la planta del te, un arbusto que, a lo largo de la historia, creció de manera silvestre.
El café, por su parte, es la infusión obtenida a partir de los frutos y las semillas del cafeto. Esta infusión contiene una sustancia estimulante que se conoce como cafeína. El cultivo del café tiene lugar en los países tropicales. En 2010, se espera que el cultivo del café alcance los 7 millones de toneladas.
El café es considerado como una bebida socializadora, ya que, en muchos países, las personas se reúnen para conversar mientras beben café. En Argentina, ir a tomar un café a una confitería (o cafetería) es una de las principales actividades sociales.
El concepto de infusión está vinculado al verbo infundir, que se refiere a echar un líquido en un recipiente o a promover un impulso afectivo o emocional en el ánimo (“Sus palabras me han infundido cierto temor”).
Infusión también es la acción de extraer las partes solubles en agua de las sustancias orgánicas, en una temperatura menor que la del agua hirviendo para mayor que la del ambiente. Si el agua hierve, se lo considera como cocción.
Por otra parte, en el sacramento del bautismo, infusión es la acción de echar el agua sobre quien se bautiza.
Infusiones con propiedades curativas
Las infusiones suelen ser muy utilizadas como remedios para curar o paliar diversas complicaciones orgánicas debido a que cada hierba tiene una determinadas propiedades que la convierten en una esencia curativa para un mal particular y su empleo terapéutico correcto puede facilitar la curación.
Pese a que gracias a los avances de la medicina occidental la medicina natural ha quedado relegada a un costado, a unos pocas personas naturalistas y amantes de la vida silvestre, su importancia sigue siendo fundamental; basta tener en cuenta que se han utilizado los conocimientos ancestrales y las cualidades de determinadas plantas para el desarrollo de la medicina química.
Para realizar una infusión es necesario extraer una determinada sustancia de una planta o elemento orgánico. Generalmente ésta se ubica en la zona del tallo o la raíz de dicha planta; una vez recogida, se introduce en un recipiente con agua y se lleva a ebullición.
Algunas infusiones con propiedades curativas son la stevia (tiene propiedades organolépticas, funciona como un estimulante para el páncreas y es un antiglucémico), la manzanilla-menta (una infusión con una mezcla de estas dos hierbas es sumamente eficiente contra la ansiedad y la excitación nerviosa), la flor de azahar (un desestresante muy recomendable que procede de la destilación de la flor del naranjo amargo), la hierba de San Juan (un antidepresivo natural debido a que contiene una sustancia que se conoce como hipericina que ayuda a mantener altos los niveles de lo que se conoce como hormona de la felicidad, la serotonina), el romero (posee propiedades antisépticas y es beneficiosa para los trastornos digestivos).
Además de los beneficios particulares que cada planta infunde sobre nuestro organismo, existen una serie de beneficios que colaboran con el funcionamiento integral del organismos, por ejemplo, todas ayudan a proteger nuestras células porque poseen un efecto antioxidante.
Es necesario aclarar que, si bien lo más recomendable es realizarse infusiones extrayendo las hojas de la propia planta, existen una gran variedad de preparados que se comercializan y permiten realizar de forma mucho más rápida una infusión con dichas plantas y ofrecerle a nuestro organismo una forma de vivir más saludable y natural.