Definición de indignación
El primer paso que hay que dar para poder entender el significado del término indignación que ahora nos ocupa es dejar patente su origen etimológico. En este sentido, tendríamos que exponer que emana del latín, y más exactamente de la palabra “indignatio”, que puede traducirse como “irritación y enfado ante un hecho o situación que se considera indigno”.
Indignación es un enojo o enfado vehemente contra una persona o contra sus acciones. Puede asociarse esta emoción a la ira, la irritabilidad o la furia. Por ejemplo: “El crimen de la niña causó indignación entre los vecinos”, “Los españoles han expresado su indignación contra los políticos en una marcha multitudinaria”, “Las palabras del canciller produjeron una gran indignación en el país”.
La indignación suele ser una reacción espontánea contra algo que se considera inaceptable. Dicha emoción puede derivar en acciones más o menos organizadas, como una marcha de protesta. La indignación también puede reflejarse en una emoción violenta inmediata, como golpes o insultos.
Tomemos el caso de un intendente a quien se descubre robando los fondos públicos que debían destinarse a la construcción de un hospital. La comunidad advierte que su propio dinero, que iba a invertirse para mejorar el servicio de salud, ha sido apropiado por un hombre corrupto. La reacción de indignación no tarda en aparecer y la gente, de manera espontánea, se reúne ante la municipalidad para exigir la renuncia del funcionario.
Indignarse implica una serie de cambios físicos, ya que aumenta la presión sanguínea y el ritmo cardíaco. A nivel del comportamiento, la indignación se convierte en el motor predominante de la acción y del pensamiento. Es casi imposible que una persona que se indigna no refleje dicha emoción ya sea física o verbalmente.
En una de las redes sociales más importantes a nivel mundial, como es Facebook existe un grupo que lleva por título “Indignados de Argentina”. En él se encuentran numerosos argentinos que se manifiestan totalmente en contra de las medidas que están adoptando los políticos de su país, por considerar que van en contra de la ciudadanía y del bienestar de la misma.
Se conoce como movimiento de los indignados, por último, a un grupo de personas que se formó en España a partir de una serie de protestas que promovían una democracia más participativa y una auténtica división de poderes.
En concreto, aquellos españoles fueron los que se agruparon bajo la denominación Movimiento 15-M, nombre que aludía a la fecha, el 15 de Mayo de 2011, en la que un total de cuarenta personas decidían acampar en las Puerta del Sol de Madrid para dejar constancia de su rechazo absoluto no sólo al bipartidismo que existe en el país sino también a que los bancos sean los que, en muchos aspectos, controlan la nación.
De tipo pacífico fue este movimiento, fruto de la indignación, al que progresivamente se fueron sumando más y más ciudadanos que considera que el pueblo junto es el que tiene la llave para luchar contra la corrupción política, contra el “control” de entidades financieras y empresariales o contra los recortes que los gobernantes están llevando a cabo y que están haciendo que las personas de a pie vean menoscabados sus derechos en cuanto a educación o sanidad, por ejemplo.