Definición de imprescriptible
En pro de poder conocer el significado del término imprescriptible que ahora nos ocupa, vamos a proceder, en primer lugar, a conocer su origen etimológico. En este caso, tenemos que exponer que se trata de una palabra que deriva del latín. Exactamente es fruto de la suma de dos componentes léxicos de dicha lengua:
-El prefijo “in-”, que, en este caso, significa “no”.
-El sustantivo “praescriptio”. Este se forma con el prefijo “prae-”, que es sinónimo de “delante”; la palabra “scriptus”, que significa “escrito”, y el sufijo “-tio”, que se usa para indicar acción y efecto.
El adjetivo imprescriptible hace referencia a lo que no prescribe. El verbo prescribir, a su vez, se emplea en el ámbito del derecho para aludir a la extinción de un derecho, una obligación o una responsabilidad debido al paso del tiempo.
Como instituto jurídico, la prescripción genera un efecto de consolidación de una situación de hecho, permitiendo la adquisición de una cosa ajena o la extinción de un derecho. Cuando algo es imprescriptible, en cambio, no se extingue más allá de los años.
Esto quiere decir que, ante un hecho imprescriptible, nunca se pierde el derecho de ejercicio de una acción. Por lo tanto, un delito imprescriptible puede ser juzgado aunque haya transcurrido mucho tiempo.
Los crímenes de lesa humanidad y los crímenes de guerra, por ejemplo, son imprescriptibles. De este modo los criminales pueden ser perseguidos y juzgados aun cuando hayan pasado décadas de su delito.
Por todo lo expuesto, podemos manifestar que los delitos de torturas y crímenes realizados por el régimen nazi en Alemania, al frente del cual estuvo Adolf Hitler, son imprescriptibles. Y eso supone que también lo sean, por tanto, todas esas atrocidades cometidas por la dictadura fascista llevada a cabo en Italia por Benito Mussolini así como las desarrolladas durante determinadas dictaduras en los países de América Latina, por ejemplo.
Esa circunstancia lleva a que dichos delitos pudieron no ser juzgados en su momento, pero sí podrán serlo después. Buena muestra de eso es, por ejemplo, que Augusto Pinochet (1915 – 2006), que fue dictador de Chile durante el periodo comprendido entre 1973 y 1990, tuvo que enfrentarse judicialmente décadas después a las atrocidades llevadas a cabo durante dicho régimen. Así, fue llevado a los tribunales por casos tales como las torturas realizadas en la conocida Villa Grimaldi.
En el derecho penal, la prescripción puede generar la extinción de la acción o de la pena. Eso no ocurre con el genocidio, por citar un caso, ya que es un crimen de lesa humanidad. Supongamos que un dictador que toma el control de su país luego de un golpe de Estado impulsa un plan para exterminar a todos los miembros de una etnia. En este marco su gobierno secuestra y asesina a miles de personas. Cuando este individuo pierde el poder, abandona la nación con rumbo desconocido. Veinte años después, el genocida prófugo es encontrado. Como es el responsable de un delito imprescriptible, este sujeto puede ser enjuiciado y condenado por sus crímenes.