Definición de impositivo
El adjetivo impositivo refiere, en su primera acepción, a aquello que impone (es decir, que obliga o que se hace valer). La utilización más habitual de la noción, de todos modos, se vincula específicamente a los impuestos establecidos por el Estado.
Un impuesto es un tributo cuyo pago resulta obligatorio. El acreedor tributario, en este marco, no ofrece una contraprestación específica o directa a cambio de ese dinero que cobra.
Se conoce como sistema impositivo al conjunto de las normas y las medidas que le permiten al Estado obtener ingresos tributarios. Los fondos recaudados posibilitan el financiamiento de los gastos públicos.
El derecho impositivo, también llamado derecho fiscal o derecho tributario, está centrado en el ordenamiento jurídico que organiza cómo se establecen y se aplican los impuestos. Dicho de otra manera, el derecho impositivo estudia el modo en el cual el Estado se encarga de ejercer su autoridad tributaria.
En la historia del ser humano, ya desde los comienzos de nuestra civilización existe un cierto grado de organización social con una estructura en la cual el pago de tributos ha sido siempre un elemento fundamental. Si nos enfocamos en el Antiguo Egipto, por ejemplo, el pueblo tenía la obligación de registrar y controlar los productos que formaban parte del flujo comercial.
Sin embargo, fue recién en la época del Antiguo Imperio Romano que se consolidó el tributo. De hecho, los historiadores aseguran que los antiguos romanos fueron los primeros en mantener un control sobre los bienes de sus ciudadanos, haciendo uso de órganos recaudadores y jurídicos de forma complementaria.
Ya en la Edad Media, el señor feudal era la figura en la cual se centraba el poder: poseía varias propiedades de gran valor que aprovechaba para dar trabajo a terceros, quienes debían pagarle tributo sin importar su estatus social o económico. Los historiadores aseguran que los criterios aplicados para decidir el monto o las condiciones del pago eran aparentemente arbitrarios, ya que a veces pagaban con sus bienes pero otras, con servicios que les exigían sus señores.
Sobra decir que el derecho impositivo ha atravesado numerosos cambios a lo largo de la historia, algunos de los cuales se debieron a cuestiones culturales, mientras que otras a la evolución del concepto mismo. A pesar de ellos, resulta muy interesante notar que el desembolso obligatorio de dinero o —en sus inicios— especie para solventar los gastos públicos y promover el buen funcionamiento del Estado haya sido un elemento de tantas civilizaciones desde tiempos inmemoriales.
Un revalúo impositivo, por otra parte, consiste en una nueva evaluación del valor sobre el cual se aplica un impuesto. Este proceso se lleva a cabo para adecuar el valor económico de ciertos bienes a la realidad económica vigente.
Entre los beneficios de un revalúo impositivo se encuentran los siguientes:
* acarrea un eventual descenso en el Impuesto a las Ganancias;
* facilita el proceso de la declaración jurada;
* permite hacer uso de un plan de pagos para cumplir con el impuesto especial.
Con respecto a las pequeñas y medianas empresas (que se conocen por la sigla pymes), éstas tienen índices para que el revalúo impositivo sea más fácil. Si ejercen esta opción, entonces pueden acceder a ciertos créditos ya que mejora su balance impositivo.
En cuanto a su uso más amplio, lo impositivo es algo que no se deja a consideración del otro, sino que se establece o se atribuye haciendo gala de la fuerza o de la autoridad. Por ejemplo: “No debemos aceptar que la manera de vestir de una mujer sea un acto impositivo de un hombre”, “La mudanza fue algo impositivo: el dueño de la casa no nos renovó el contrato y tuvimos que irnos aunque nos queríamos quedar”.