Concepto de impuesto
La palabra impuesto tiene su origen en el término latino impositus. El concepto hace referencia al tributo que se establece y se pide según sea la capacidad financiera de aquellos que no están exentos de abonarlo.
Las agrupaciones guerrilleras o terroristas, por su parte, suelen hablar del impuesto revolucionario para hacer referencia a un sistema que les permite conseguir financiación mediante extorsiones y amenazas.
El impuesto tiene la particularidad de no basarse en una contraprestación determinada o directa por parte de quien lo reclama. Su objetivo es financiar los gastos del acreedor, que generalmente es el Estado.
La capacidad contributiva supone que quienes más poseen, mayores impuestos deben abonar. Sin embargo, esto no siempre se cumple, ya que muchas veces se priorizan otras causas: el incremento de la recaudación, la disuasión de compra de un cierto producto, el fomento de determinadas actividades económicas, etc.
Entre los elementos de un impuesto, aparecen el hecho imponible (la situación que motiva la obligación tributaria de acuerdo a la ley), el sujeto pasivo (la persona, ya sea natural o jurídica, que tiene la obligación de pagarlo), la base imponible (la cuantificación y la valoración del hecho imponible), el tipo de gravamen (la proporción que se debe aplicar en función a la base imponible para establecer el cálculo del gravamen), la cuota tributaria (la cantidad correspondiente al gravamen) y la deuda tributaria (el resultado de reducir la cuota con deducciones o de incrementarse con recargos).
Según expresó el economista Bielsa, que los impuestos consisten en esa parte de la riqueza que el Estado establece y exige a los contribuyentes cuyo objetivo es recaudar fondos para emplearlos en los gastos públicos. Por su parte, Fleiner expresa que son prestaciones que el Estado y ciertas entidades de Derecho Público exigen a los ciudadanos para satisfacer sus necesidades económicas.
La primera clasificación del impuesto establece que existe un impuesto directo cuando se evalúa la situación económica, como sucede con el patrimonio o las rentas, y uno indirecto cuando lo que se grava y se condiciona es el consumo o los gastos efectuados en un determinado periodo. Esta clasificación se realiza teniendo en cuenta sobre quién recae el impuesto y es la más utilizada.
Existe una segunda clasificación de los impuestos, en proporcionales (la cuota se establece en un porcentaje fijo, como el IVA o el Impuesto al territorio) , regresivos(a medida que aumenta el valor sujeto a un impuesto, se establece una tasa que va disminuyendo) y progresivos (la tasa varía creciendo o disminuyendo en relación al aumento o disminución del monto imponible. El impuesto a la herencia o el global complementario, por ejemplo).
Lista de algunos impuestos
Existen impuestos a diversas actividades, todos ellos se encuentran citados en la Constitución Nacional de cada país. Algunos impuestos pueden ser:
Impuesto sobre la renta: se aplica sobre aquellos ingresos que tengan personas físicas o morales, residan en el país o en el extranjero. De acuerdo a cada país el porcentaje a pagar varía, pero es un impuesto que se halla presente en casi todas las naciones de régimen capitalista.
Impuesto al valor agregado: de acuerdo a la actividad que realiza cada ciudadano y a las ganancias recibidas por la misma, deberá pagar un porcentaje a la recaudación fiscal. En la constitución se establecen los porcentajes de acuerdo a cada actividad que se desempeñe.
Impuesto sobre la producción y servicios: Es el que aplica sobre determinados productos, como bebidas alcohólicas, tabaco, aguas envasadas. También se encuentran incluidos en este tipo de impuestos los servicios de comisión, agencia y consignación que hayan sido declarados en la ley.
Impuesto al activo: aquellas personas que realizan actividades de tipo empresariales deben pagar este impuesto en relación a los bienes que posean que puedan tener un valor monetario.
Además existen impuesto sobre la tenencia de vehículos, prestación de servicios telefónicos, adquisición de inmuebles, entre muchos otros.
Para terminar definiremos un concepto fundamental al hablar de impuestos, el crédito fiscal. Se entiende por crédito fiscal a todo el dinero y los bienes que se encuentran vinculados con la ley tributaria. La recaudación de ciertos impuestos, como el que se imprime sobre la Renta o el Valor Agregado, tienen el carácter de créditos fiscales.