Definición de humanware
Humanware es un término que no forma parte del diccionario de la Real Academia Española (RAE). El concepto, de todos modos, se emplea de distintas maneras en el ámbito de la informática.
Se llama humanware, por ejemplo, al individuo que se encarga de operar un sistema informático. De este modo, el humanware es el recurso humano que trabaja con una computadora.
También se conoce como humanware al software o el hardware cuyo diseño fue desarrollado según una necesidad específica del usuario final. Esto quiere decir que estos recursos son ideados teniendo en cuenta las limitaciones y los requerimientos de quienes van a utilizarlos.
La creación de humanware, en este marco, suele contemplar una etapa de pruebas para garantizar que el diseño sea el adecuado. Así se intenta optimizar la experiencia que tendrá el usuario a la hora de usarlo.
El software educativo pensado para niños de una edad específica es un ejemplo de humanware. Este tipo de programas informáticos deben contemplar la capacidad cognitiva y la madurez de los chicos. Otro ejemplo de humanware es la tecnología que procura dotar de mayor autonomía a individuos con distintos tipos de discapacidades: en este caso, se deben considerar los obstáculos físicos que acarrean los usuarios.
En un sentido amplio, puede afirmarse que el humanware se vincula a la adquisición, la implementación y el uso de los sistemas informáticos, centrándose en la cuestión humana de estos procesos. El humanware tiene que ver con la incorporación exitosa de tecnologías para la satisfacción de necesidades de las personas.
En la actualidad, el aspecto humano es uno de los más importantes a la hora de crear y desarrollar dispositivos, aplicaciones y servicios, mucho más que a principios de la década de 1990. En parte gracias a la masificación de las redes sociales y otras herramientas virtuales, el público pasó de tener un papel casi pasivo, consistente en aceptar las ofertas que les impusiera el mercado, a uno que le permite hacerse oír y exigir el respeto que se merece a cada paso.
Si bien aún estamos lejos de una realidad en la cual las empresas traten a sus clientes como seres vivos, con sentimientos y necesidades, el hecho de que las redes sociales las expongan tanto hace que deban ocultar sus «planes maléficos», algo que antes de Internet no ocurría. Basta que un servicio de atención al cliente no resuelva una reclamación para que todo el planeta se entere en cuestión de minutos; basta que un producto o servicio no respeten las necesidades especiales de un determinado grupo para que la compañía reciba denuncias a nivel global por su falta de consideración.
En este sentido, el concepto de humanware se ha convertido en una necesidad para ambas partes: el usuario, que exige productos y servicios adecuados a sus características; la empresa, que debe respetar estas cuestiones para evitar las acusaciones públicas.
Volviendo a los usuarios con ciertas discapacidades, cada vez son más los fabricantes que buscan adaptar sus productos masivos a ellos. Un ejemplo muy común en la actualidad es el mercado de los mandos para controlar los videojuegos. Desde su creación, la única porción del público que las empresas habían tenido en cuenta era aquélla que contara con dos brazos, dos manos y diez dedos, todos con una movilidad considerada «normal»; de esta manera, bastaba con no cumplir alguno de estos requisitos para quedar fuera del sistema.
Por fortuna, la puesta en práctica del humanware en este ámbito ha llevado a varias compañías a diseñar nuevas versiones de sus mandos, que se adaptan a diferentes necesidades para que cada vez más personas puedan disfrutar de este contenido. Algo similar ocurre con los teclados, las pantallas, los teléfonos y los coches.