Definición de eupnea
Se denomina eupnea a la frecuencia respiratoria que se considera normal. La eupnea, por lo tanto, es lo opuesto a la disnea, tal como se llama a una dificultad o un inconveniente para respirar.
En el caso de un ser humano adulto que se encuentra en estado de reposo, la eupnea suele situarse entre doce y dieciséis respiraciones por minuto. Sin embargo, hay quienes establecen un marco más amplio y afirman que la eupnea va de las ocho a las veinte respiraciones por minuto.
Es importante mencionar que una respiración completa se produce al inhalar y exhalar aire una vez. Esto quiere decir que una respiración supone tomar el aire y luego soltarlo. Cada vez que la persona repite este proceso, vuelve a respirar: la eupnea, de este modo, implica respirar un mínimo de doce y un máximo de dieciséis veces cada sesenta segundos.
Hay que tener en cuenta que la eupnea en los niños es diferente. Es normal que un bebé, por ejemplo, respire más de cuarenta veces en un minuto. Un individuo adulto que está desarrollando una actividad física intensa, en tanto, también respira a un ritmo distinto que aquel que se toma como parámetro para la definición de la eupnea.
Cuando una persona respira más de dieciséis (o veinte) veces por minuto, tiene taquipnea. En cambio, si respira menos de doce (u ocho) veces por minuto, padece bradipnea. Mientras que la bradipnea consiste en respirar lento y la taquipnea en respirar rápido, la eupnea es la respiración adecuada y saludable.
Con respecto a la etimología de la palabra eupnea, podemos decir que la conforman raíces griegas que en conjunto denotan el significado de «buena respiración». Más específicamente, sus componentes léxicos son los siguientes: eu (bueno, bien), pnein (soplar, respirar) y el sufijo -aios (que deriva del sufijo -ia y denota «relación»).
Además de los términos antes mencionados, debemos agregar el concepto de apnea, que es el cese de la respiración por una causa cualquiera. Este fenómeno puede tener lugar de manera temporal. Uno de los ejemplos más comunes es la apnea obstructiva del sueño. Cuando se habla de apnea prolongada, se hace referencia a que el individuo deja de respirar de manera indefinida; si el corazón continúa en actividad, entonces este problema se denomina paro respiratorio. Sobra decir que se trata de un trastorno que puede conducir a la muerte, razón por la cual para solucionarlo son necesarios los primeros auxilios.
Un detalle que no suele mencionarse pero que resulta muy importante para la correcta medición de la eupnea es que el sujeto no debe ser consciente del proceso para evitar que fuerce un ritmo determinado. Por ejemplo, si sabe que alguien está midiendo su cantidad de respiraciones por minuto y conoce los valores normales, es probable que intente alcanzarlos para superar la prueba con éxito. También podría suceder que los nervios lo llevaran a respirar demasiadas veces.
Con respecto a los signos que debemos atender para llevar a cabo la medición, éstos pueden ser visuales o sonoros: los primeros incluyen el aumento y el descenso de tamaño del pecho, que se hincha cuando la persona inspira y se deshincha cuando exhala; los sonoros no son más que el sonido del aire al entrar y al salir por las fosas nasales (o la boca).
Si notamos que nuestra respiración o la de algún ser allegado no se encuentra en los rangos antes mencionados de normalidad, debemos acudir a un médico. Algunos de los síntomas de este problema son los ruidos al respirar, los mareos, el cansancio inusual o excesivo, el movimiento innecesario de los hombros al momento de inhalar y el descenso anómalo de temperatura.