Definición de humanización
Humanización es el acto y la consecuencia de humanizarse o humanizar. Este verbo (humanizar), en tanto, refiere a hacer a algo o alguien humano: sensible, comprensivo o con la naturaleza propia de las personas.
Uno de los usos más habituales del concepto alude a tratar a los animales como seres humanos. La humanización de un perro, por ejemplo, implica vestirlo, festejarle el cumpleaños con una reunión y un pastel, hacerle tratamientos estéticos, etc.
La idea de humanización también se vincula a aportar o generar benignidad, compasión, benevolencia o clemencia. La humanización además se asocia a la solidaridad, el afecto y la dignidad.
Muchas veces se habla de la humanización de la atención sanitaria. En este caso, la doctrina o tendencia consiste en tratar a los pacientes con respeto y amor, buscando entender sus emociones, sus preocupaciones y sus deseos.
Esta humanización supone una labor o una intervención de los profesionales que va más allá de sus conocimientos científicos y técnicos. No alcanza con que un médico sepa diagnosticar e indicar un tratamiento, sino que su trabajo, con la humanización de la tarea, debe basarse en los valores mencionados para minimizar el sufrimiento del paciente y maximizar, en lo posible, su bienestar.
Así como en el caso de los animales existe una tendencia generalizada a pensar que son «inferiores» y que humanizarlos es brindarles el honor se parecerse a nosotros, en este caso se da el proceso aparentemente inverso aunque similar: primero se reduce a los pacientes al nivel de un objeto de estudio, y luego es necesario elevarlos para que reciban el respeto que se merece.
Cuando se estudia la evolución del Homo sapiens, por otra parte, se diferencia entre la hominización y la humanización. La hominización es un proceso genético y biológico que se llevó a cabo durante millones de años y que hizo que los integrantes de nuestra especie se conviertan en seres humanos. La humanización, en cambio, no es biológica, sino social, y está dada por el desarrollo de la cultura y la adquisición del lenguaje, entre otros factores.
El proceso de humanización, por lo tanto, se relaciona con la evolución cultural de nuestra especie, que comenzó con los primeros homínidos. Para adaptarse al medio, debió atravesar diferentes cambios en este aspecto, y de este modo poco a poco surgió el homo sapiens sapiens. Es importante entender que sin este concepto o habría sido posible la hominización, y lo mismo en el sentido opuesto; por esta razón se habla de coevolución.
Las transformaciones a nivel cultural que supuso este largo proceso son varias, aunque destacan las siguientes:
* la caza: gracias a esta disciplina, los homínidos desarrollaron especialmente su capacidad de observación y de comprensión de su entorno, por medio de la planificación de estrategias que se basaban en la interpretación de las señales y los signos que advertían. También debieron atravesar el progreso de sus técnicas de caza, para ser cada vez más eficaces. Otro aspecto en el que se benefició fue la comunicación, por medio de la colaboración y el trabajo en equipo, muy necesario para enfrentarse a los animales más grandes y fuertes;
* el fuego: su descubrimiento volvió más fácil asentarse y formar un hogar, sin dejar de lado las ventajas para el planeamiento de la caza y la protección contra los animales. Todo esto derivó en una mejora de su alimentación, lo cual repercutió en una aceleración de su evolución;
* aprendizaje constante: a lo largo de la infancia y la adolescencia, el ser humano y sus antepasados más próximos viven una etapa caracterizada por el aprendizaje de numerosos conceptos, que incluyen las normas sociales, los valores y las cuestiones técnicas que le servirán para desenvolverse por su cuenta cuando llegue el momento de independizarse.