Definición de hoja de vida

La noción de hoja de vida se utiliza en varios países para hacer referencia al currículum. El concepto también puede emplearse para aludir a la carta de presentación que una persona envía o entrega al postularse para un puesto de empleo.

De una forma u otra, en la hoja de vida se incluye información biográfica, datos académicos y un detalle de la experiencia laboral. El objetivo es que el potencial empleador pueda conocer las aptitudes y las fortalezas de aquel que está buscando trabajo.

A la hora de armar una hoja de vida, hay que tener en cuenta que la idea es sobresalir entre todos los postulantes o candidatos. Para lograr este propósito, es imprescindible elegir bien qué es aquello que se pretende dar a conocer y organizar correctamente la información.

Los datos biográficos deben ser claros y precisos. El apartado sobre educación tiene que mencionar los diversos estudios cursados, de todos los niveles, e incluir los logros (títulos, reconocimientos, etc.). En cuanto a la experiencia en el mundo del trabajo, se pueden señalar los nombres de las empresas, las actividades realizadas y las metas alcanzadas.

De todos modos, existen muchos tipos de hojas de vida y es posible optar entre diferentes estilos. Hay quienes prefieren hojas de vida formales y estructuradas, y otros que eligen presentarse de una manera informal y relajada. Lo mejor es determinar el formato según las características personales, de la compañía y del puesto.

La inclusión de referencias, por último, puede ser importante. Un antiguo empleador está en condiciones de certificar lo expresado en la hoja de vida a través de sus propias vivencias con el trabajador.

Consejos para elaborar una hoja de vida impactante

La calidad de la hoja de vida puede ser determinante para conseguir un puesto de trabajo, ya que muchas empresas la consideran un elemento fundamental de sus postulantes. Dicho esto, el secreto para elaborarla correctamente no está al alcance de todos, y por eso tantos buenos profesionales quedan por debajo de otros menos capaces en la oficina pero más hábiles a la hora de presentar su experiencia laboral en un documento de texto.

El primer consejo que todos deberían seguir a la hora de estructurar y redactar su hoja de vida es no volverla demasiado extensa. Cuando nos sentamos frente al monitor, dispuestos a listar toda nuestra experiencia laboral, es fácil dejarse llevar por la tentación de mencionar cada puesto, cada fecha, con profundas descripciones de las tareas y con múltiples recomendaciones. Sin embargo, no debemos olvidar que los empleadores no pueden dedicar decenas de minutos a leer cada hoja de vida, especialmente si las miran por primera vez durante las entrevistas, y por eso es tan importante la concisión.

Otro punto a tener en cuenta es evitar la inclusión de certificaciones, diplomas u otros documentos complementarios a menos que la empresa lo requiera de manera expresa. De modo similar a lo expresado en el párrafo anterior, puede resultar muy tentador demostrarle a nuestro potencial empleador que hemos recibido varios reconocimientos y títulos de grado, pero en la mayoría de los casos estos papeles quedarán en el olvido ante la falta de tiempo para revisarlos.

Esta claridad también debe estar presente en nuestras ambiciones como profesionales: la hoja de vida debe reflejar el camino que hemos recorrido hasta el momento y, por lo tanto, darle al empleador una idea precisa de nuestras metas. Haber trabajado en diez empresas de alto nivel puede parecer impresionante para algunos, pero si los puestos no tienen nada en común entre ellos un potencial empleador puede llevarse una idea negativa acerca de nuestro perfil profesional.

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