Definición de hobby
Se llama hobby a la actividad que una persona realiza frecuentemente cuando tiene tiempo libre con el objetivo de entretenerse. Se trata, por lo tanto, de un pasatiempo. Por ejemplo: “El aeromodelismo es mi hobby, me ayuda a desconectarme”, “Mi madre dedica mucho tiempo al cultivo de bonsáis, que es su hobby”, “Mis hobbies son leer, mirar televisión y cocinar”.
Un hobby, por lo tanto, es una afición. Quien realiza la actividad en cuestión lo hace por gusto, ya que le genera placer o le proporciona diversión. No es una acción obligada ni forzada.
Los individuos que se dedican a un hobby son aficionados; en cambio, si la actividad se convierte en un oficio o en una profesión, los sujetos se vuelven profesionales. Una misma actividad puede ser un hobby o una profesión según sus características.
Tomemos el caso de un hombre que, en sus ratos de ocio, disfruta fabricando muebles de madera con sus propias manos. Luego les regala sus creaciones a sus familiares y amigos. La fabricación de muebles, para él, es un hobby. Sin embargo, aquel que se dedica a la misma tarea durante ocho horas diarias con el objetivo de vender los muebles no tiene a la carpintería como hobby, sino como un trabajo o medio de vida.
El bricolaje, el coleccionismo, la jardinería, el modelismo, la cocina, la música y los deportes son algunos de los hobbies más populares. Cada una de estas disciplinas, por supuesto, puede ser algo más que un hobby, aunque depende de cada individuo.
Como se menciona más arriba, es difícil distinguir entre un hobby y un oficio, ya que la diferencia no reside en la actividad en sí misma sino en la forma en la que cada individuo la trate. Esto no significa, por otra parte, que podamos medir con precisión la dedicación de una persona para determinar a qué grupo pertenece cada una de sus actividades cotidianas, ya que también entra en juego su propia opinión y sus sentimientos al respecto.
Por ejemplo, mientras alguien puede decir que «para Daniel el canto es un hobby», quizás él opine que el canto es su pasión y que se ha dedicado durante varios años a perfeccionar su técnica. ¿Cuál es la verdad, por lo tanto? Dado que cada uno percibe la realidad con sus propios ojos, por medio de sus propias experiencias y con recursos diferentes para interpretarlas, podemos resolver que ambos puntos de vista son ciertos, ya que se desprenden de análisis diferentes de un mismo hecho.
En este contexto entra en juego una expresión que se usa muy a menudo para juzgar el grado de dedicación a una actividad: «tomársela en serio«. Retomando el ejemplo del párrafo anterior, es evidente que para el observador Daniel no se toma muy en serio el canto, aunque el propio Daniel no opine lo mismo. Sobra decir que esta apreciación es demasiado fuerte: ¿cómo podemos conocer con certeza la relación que los demás tienen con sus actividades, los sentimientos que en ellos despiertan? Muchas veces, ni siquiera somos capaces de entender nuestros propios sentimientos con respecto a nuestros intereses, de manera que el juicio que emitamos con respecto a los demás probablemente carezca de precisión.
Uno de los factores claves para distinguir un hobby de una pasión es el tiempo que le dedicamos a cada uno. A veces no contamos con el tiempo suficiente para hacer lo que más nos gusta, ya sea porque nuestras obligaciones nos consumen gran parte del día o porque nos dejan sin energía. Una situación como ésta puede explicar que un individuo asegure estar apasionado por lo que para otros pueda parecer simplemente un pasatiempo.