Definición de hepatograma

Un hepatograma es un análisis sanguíneo cuya finalidad específica es la evaluación del funcionamiento del hígado. Los resultados que arroja el estudio permiten determinar si este órgano funciona correctamente o si presenta algún fallo.

Esto quiere decir que un hepatograma, también llamado perfil hepático, ayuda a diagnosticar enfermedades hepáticas o patologías que, de una u otra forma, afectan al hígado. El estudio también sirve para el control de las funciones hepáticas, algo imprescindible cuando el paciente sigue determinados tratamientos.

El hígado es muy importante para el metabolismo. Se dedica a producir bilis, desarrolla la síntesis del colesterol y de diversas proteínas y almacena vitaminas, por ejemplo. Por eso supervisar su funcionamiento y tratar eventuales anomalías resulta esencial para mantener la salud; de allí la relevancia de los hepatogramas.

Un médico puede ordenar un hepatograma cuando sospecha que la persona padece una enfermedad hepática. El perfil hepático también es útil para realizar un pronóstico si la enfermedad hepática ya está confirmada.

No es necesario realizar una preparación especial para el hepatograma. De todas maneras, un ayuno de doce horas antes de la extracción de la sangre contribuye a la precisión de los resultados. Cabe destacar que la obtención de la muestra a través de la introducción de una aguja no suele generar mayor complicaciones para el paciente.

En cuanto a los marcadores que se analizan en el hepatograma, varían de acuerdo al laboratorio. Lo habitual es que se mida la presencia de ciertas proteínas y enzimas en la sangre, las cuales se consideran claves en el metabolismo del hígado.

Partiendo de los parámetros considerados normales, se analizan los valores de albúmina, bilirrubina, transaminasa alcalina y fosfatasa alcalina, entre otros marcadores. Así el hepatograma puede revelar la existencia de algún tipo de trastorno.

En concreto, tenemos que establecer que un hepatograma o perfil hepático está correcto si se encuentra en los valores normales que no son otros que los siguientes:
-La albúmina está entre los 3,4 y los 5,4 g/dl.
-El tiempo de protombina tiene que hallarse entre los 0,8 y los 1,1 segundos.
-La fosfatasa alcalina establece unos parámetros específicos normales según el sexo y la edad. No obstante, se considera que serán los adecuados siempre y cuando estén entre los 44 y los 147 UI/I.
-En cuanto a lo que es el aspartato de amnitransferesa, lo que también se conoce como AST, se establece que lo correcto será que esté entre los 10 y los 34 UI/I.
-Además de todo lo indicado, no podemos pasar por alto tampoco que los valores normales para la bilirrubina son de entre 0 y 0,3 mg/dl para la bilirrubina directa y de entre 0,3 y 1,9 mg/dl para la bilirrubina indirecta.
-La transaminasa alcalina, por su parte, tiene que hallarse entre 5 y 60 UI/I. Si se diera el caso de que este elemento no se encuentra en los niveles normales hay que tener claro que eso puede ser debido, entre otras causas, a que la persona sufre algún tipo de hepatitis, a que existe un tumor, a que sufre cirrosis, a que cuenta con el hígado graso o a que sufre colestasis. Eso sin pasar por alto que hay determinados medicamentos cuyo consumo puede dar lugar a un elevado nivel de transaminasas.

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