Definición de guapo

La noción de guapo se utiliza para aludir al individuo que es atractivo y se destaca por su buena apariencia. Por ejemplo: “¿Quién es ese muchacho tan guapo que acompaña a tu hermano?”, “El nuevo empleado de la tienda es muy guapo”, “Anoche conocí a un chico guapo y divertido en el bar, ojalá pueda volver a encontrarme con él”.

La idea de guapo suele usarse con referencia a la belleza física de alguien. El término, de todos modos, también puede vincularse a la elegancia: cuando un sujeto “está guapo”, se encuentra bien vestido: “¡Qué guapo estás hoy, Marcos!”, “No me gusta usar corbata, pero tuve que ponerme guapo para asistir al casamiento de mi primo”, “Con un esmoquin reluciente, el actor se mostró muy guapo en la entrega de premios”.

Se califica como guapo, por otra parte, a aquel que hace gala de su valor o valentía, actuando con resolución pese a los riesgos, las dificultades o el peligro: “Gómez es un delantero guapo, que no tiene miedo de pedir la pelota y encarar a los defensores rivales”, “El joven fue guapo y se arrojó al agua sin dudarlo para salvar al perro”, “No sé si soy guapo, pero haría cualquier cosa para proteger a mi familia”.

Mientras que en algunos países, el término guapo se suele usar para calificar a jóvenes o adultos, en España no existe un límite de edad que impida su uso. Por ejemplo, se puede decir «¡Pero qué guapo está este niño!» al ver a un bebé de un mes, a un chico de tres años o a un adolescente.

Por otro lado, es cierto que existe una distinción implícita entre las condiciones que debe cumplir un sujeto para ser descrito de esta forma: los bebés causan ternura a la mayoría de la gente, por lo cual no deben reunir ningún requisito para recibir todo tipo de halagos por parte de sus mayores; a partir de cierta edad, para acceder a este calificativo suele ser necesario estar bien vestido, con el cabello peinado y un aspecto reluciente, propio de quien está por asistir a una fiesta.

En España también se usa la palabra guapa, con el mismo sentido que su versión masculina. Esto no ocurre en otros países, donde se reservan para las niñas y las mujeres otros adjetivos, como ser «linda» o «hermosa». Un sinónimo más usado en femenino que en masculino es mona: «Mira qué guapa/mona está Lucía». De hecho, es también común recurrir a sus superlativos: «¡Estás guapísima/monísima!». Es posible que exista una ligera diferencia entre ambos términos: el primero hace referencia sobre todo al estado de la persona en el momento del comentario, mientras que el segundo apunta más a las características naturales de la persona.

A lo largo del desarrollo de una persona, se espera que su aspecto físico no le preocupe hasta que alcance la adolescencia. Si bien en la actualidad los niños son mucho más conscientes de la estética que hasta el siglo XX, los más afortunados pueden disfrutar de su infancia sin detenerse a pensar en su cabello, en su vestimenta o en sus zapatos. Con la madurez sexual llega la necesidad de «gustarle» a alguien, de encontrar a la famosa «otra mitad», y es por esta razón que surge en nosotros esa necesidad primitiva de cortejar. Ponerse guapo, sin embargo, no garantiza el éxito en ningún ámbito de la vida; el secreto radica en ser uno mismo.

Un guapo, por último, puede ser un sujeto belicoso, agresivo o fanfarrón: “Ese guapo se acercó a nuestra mesa en busca de pelea, “¿Eres guapo, no? Ven aquí que tengo algo para decirte, si te atreves”, “Quiso hacerse el guapo y terminó llorando y pidiendo perdón”.

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