Definición de grupos vulnerables
Para entender qué son los grupos vulnerables, primero debemos tener en claro a qué aluden las nociones de grupo y de vulnerable. Un grupo es un conjunto de individuos, animales u otros elementos. Vulnerable, por su parte, es aquel o aquello que es susceptible de sufrir algún tipo de menoscabo o daño, ya sea moral o físico.
Los grupos vulnerables, por lo tanto, son agrupaciones o comunidades de personas que se encuentran en una situación de riesgo o desventaja. Por lo general se considera que el Estado debe asistir a quienes padecen la vulnerabilidad.
Un grupo vulnerable puede estar formado por sujetos que, a causa de su situación económica, su condición física, su nivel educativo, su género o su edad, necesitan un esfuerzo adicional para integrarse a la sociedad y desarrollarse. Debido a sus características o condiciones, estos seres humanos pueden sufrir la violación de sus derechos.
Los discapacitados, los inmigrantes, las aborígenes, los miembros de minorías sexuales, los niños y los ancianos suelen conformar grupos vulnerables. Por múltiples circunstancias, quienes integran estos grupos deben superar obstáculos y dificultades para obtener beneficios o alcanzar objetivos que al resto de los ciudadanos no les cuestan tanto.
Los gobiernos tienen la obligación de trabajar para lograr la igualdad de oportunidades: es decir, para conseguir que todas las personas tengan las mismas posibilidades de desarrollo. La igualdad de oportunidades permitiría que los grupos vulnerables superasen la desventaja y estuvieran en las mismas condiciones que el resto de los integrantes de la sociedad.
Dicha igualdad de oportunidades solo es posible con asistencia social brindada por el Estado. Así los grupos vulnerables pueden superar las adversidades.
Por más que los medios de comunicación se esfuercen –en mayor o menor medida– para crear conciencia de las condiciones en las que viven los integrantes de los grupos vulnerables, ningún artículo, ninguna historia llevada al cine puede transmitir con total eficacia el sufrimiento normalizado de ser anormal. La sociedad decide que ciertas personas no son normales y, por mucho que ellas luchen por que les reconozcan sus derechos, deben convivir con el desprecio.
Uno de los errores más comunes a la hora de investigar y divulgar la situación de los grupos vulnerables es enfocarse exclusivamente en los casos de violencia en la vía pública, en el lugar de trabajo o en la escuela, ya que pasan por alto el origen de todos los problemas de conducta del ser humano: el hogar. La crianza nos condiciona para bien o para mal, nos da las bases de nuestra moral, nos empuja a convertirnos en un tipo de persona determinada; si bien esto puede conducirnos por buen camino, a medida que nos hacemos adultos siempre debemos «pulir» ciertas asperezas para formar nuestra propia personalidad.
Si nos crían en el desprecio por quienes no comparten nuestras ideas, probablemente causemos mucho daño a nuestros compañeros de colegio y, si no cambiamos a tiempo, a nuestros futuros vecinos y colegas. Pero el maltrato que dirijamos a los demás no es el único problema de una educación nociva, sino el que podamos sufrir nosotros en primer lugar. Sucede con frecuencia que los niños homófobos son homosexuales, lo hayan descubierto aún o no; sus padres les enseñan a odiar y ellos lo ponen en práctica con sus pares, con gente que pertenece a su mismo grupo vulnerable.
Por lo tanto, es importante entender que los grupos vulnerables se originan en el seno de la familia, y es allí donde deben enfocarse los planes de concienciación para educar a los padres antes de que éstos transmitan ideas tóxicas a sus hijos. No sabemos si es posible un mundo sin desigualdad, pero esto no debería detener nuestra lucha.