Definición de gobierno de facto
Para poder conocer el significado del término gobierno de facto que ahora nos ocupa es necesario, en primer lugar, descubrir el origen etimológico de las dos palabras principales que le dan forma:
-Gobierno procede del latín, exactamente del verbo “gobernare”, que puede traducirse como “conducir un barco”. Palabra esa que, a su vez, deriva del griego “kybernaein”, que es sinónimo de “pilotar” o “conducir”.
-Facto, por su parte, también emana del latín. En este caso, procede del sustantivo “factum”, que es equivalente a “hecho”.
Un gobierno de facto suele imponerse por la fuerza.
Concepto de gobierno de facto
El gobierno es el órgano que se asume el poder ejecutivo de un Estado, formado por el presidente, los ministros, los secretarios, los subsecretarios y otros funcionarios. El término también puede aludir al tiempo que se extiende el mandato de una autoridad. La locución adjetiva de facto, por su parte, refiere a lo que se concreta o se realiza de hecho (sin ajustarse a una norma previa).
Un gobierno de facto, por lo tanto, es aquel que ejerce el poder en la práctica, pero que no está reconocido o avalado por una norma jurídica. Un gobierno que surge tras un golpe de Estado, por lo tanto, es un gobierno de facto.
La libertad de expresión no está garantizada con un gobierno de facto.
Principales características
Además de todo lo indicado es necesario que procedamos a indicar otras características de los llamados gobiernos de facto:
-No solo se pueden establecer tras un golpe de Estado sino también por un vacío de poder, un estado de facto o un fraude de tipo electoral.
-Entre las consecuencias que ese tipo de gobierno tiene está que no existe forma de limitar su poder y eso puede dar lugar a que se establezca una dictadura.
-Se suelen imponer por la fuerza y, por regla general, no están reconocidos por las demás instituciones y organismos que existe dentro de ese país.
-Entre los ejemplos de gobierno de facto podemos destacar el que estableció Augusto Pinochet en Chile en 1974 después de derrocar por la fuerza a Salvador Allende o el establecido por Hugo Banzer en Bolivia en 1971 tras establecer un golpe militar con el que derrocó al gobierno de Juan José Torres González.
Gobierno de facto en Argentina: 1976-1983
Argentina, por ejemplo, tuvo un gobierno de facto entre 1976 y 1983. En 1973, el pueblo argentino votó en elecciones democráticas a Juan Domingo Perón como presidente y a María Estela Martínez de Perón como vicepresidenta. Al año siguiente, Perón falleció y su esposa asumió como presidenta, tal como indicaba la Constitución Nacional del país.
Sin embargo, el 24 de marzo de 1976, las Fuerzas Armadas dieron un golpe de Estado y derrocaron a Martínez de Perón, conocida a nivel como popular como Isabelita. De este modo, los militares pasaron a controlar el poder ejecutivo y asumieron un gobierno de facto, cuyo funcionamiento estaba afuera de la ley. Recién en 1983 volvieron a realizarse elecciones democráticas y así el gobierno de facto, que fue encabezado por distintos integrantes de las Fuerzas Armadas, llegó a su fin.
Como se puede apreciar a partir de esta experiencia histórica, los gobiernos de facto tienen un comienzo ilegítimo, ya que se constituyen violando las normas. A partir de este origen, sus acciones carecen de legalidad y de legitimidad.