Definición de germen
El término germen tiene diversas acepciones de acuerdo al contexto. A nivel general, puede decirse que un germen es aquello que propicia el origen o el comienzo de algo.
En el caso de las plantas, se llama germen a la parte de la semilla que permite el desarrollo de un nuevo ejemplar. La noción también puede aludir al primero de los tallos que surgen tras la germinación de la planta.
Habitualmente se considera que el germen de un individuo vegetal es el embrión que se forma tras la fecundación, surgido a su vez del desarrollo del cigoto. Este germen atraviesa un proceso complejo a medida que se desenvuelve, culminando en la aparición de la nueva planta.
También se denomina germen a un microorganismo patógeno. Los microorganismos son microbios: organismos unicelulares que únicamente pueden visualizarse utilizando un microscopio. El adjetivo patógeno, por otra parte, califica a aquello que puede originar y desencadenar una enfermedad (una alteración de la salud).
Un germen, en este marco, es un agente capaz de dañar a un organismo vegetal o animal (incluyendo al ser humano). Al ser vivo que aloja al germen se lo denomina huésped. Una vez que el germen se instala en el huésped, si encuentra las condiciones que necesita para desarrollarse va a terminar produciendo una enfermedad.
Dado que los gérmenes son microscópicos, protegernos de ellos no es fácil, porque no sabemos si se encuentran en nuestro entorno. Es importante señalar que este nombre sirve para designar los siguientes cuatro tipos de organismos: bacterias, virus, hongos y protozoos.
Los organismos unicelulares denominados bacterias se hallan naturalmente en nuestro cuerpo; de hecho, hasta cierto número son beneficiosas para nosotros, dado que colaboran con el correcto funcionamiento del sistema digestivo y bloquean el ingreso de otras, que pueden perjudicarnos. Ciertas bacterias se usan en el ámbito de la industria farmacéutica para crear vacunas y medicamentos. Dos posibles ataques de este tipo de germen son la faringitis estreptocócica y la infección urinaria.
Tomando en cuenta su tamaño, las bacterias son más grandes que los virus. Estos últimos no tienen la capacidad de vivir aislados, sino que dependen de otro organismo para todas sus funciones, como su desarrollo y su reproducción. Casi todos los virus pueden subsistir durante poco tiempo por ellos mismos, es decir, sin estar dentro de un portador. Algunos, como el de la hepatitis, soportan varios días fuera de otras células vivas, y por eso son tan peligrosos.
La razón de que estos gérmenes nos preocupen tanto es que no tardan mucho en reproducirse en cuanto ingresan en nuestro cuerpo. Si bien su acción no siempre es muy grave, ya que causan enfermedades tales como los resfriados, también hay virus que provocan la viruela.
Con respecto a los hongos, se trata de organismos multicelulares parecidos a las plantas. Por lo general, no representan un peligro para una persona que goce de buena salud. A diferencia de los virus, generan su propio alimento. Entre las infecciones más normales y leves que pueden causar al ser humano se encuentran la tiña y el pie de atleta; si existe un problema que afecte el sistema inmune, como ser el cáncer o el SIDA, los hongos pueden atacarnos con mucha más severidad.
Los protozoos proliferan en la humedad, por lo cual algunas de las enfermedades que causan a los seres humanos, como las infecciones intestinales, se contagian a través del agua.
En un sentido más amplio e incluso simbólico, germen es el principio de algo, ya sea moral (abstracto) o material. Por ejemplo: “Los analistas consideran que el germen del terrorismo fundamentalista se encuentra en esta ciudad árabe”, “La llegada del delantero uruguayo fue el germen del éxito del equipo”, “Las medidas antipopulares del gobierno constituyeron el germen del movimiento revolucionario”.