Definición de gallo
El diccionario de la Real Academia Española (RAE) recoge más de una veintena de acepciones del término gallo, que deriva del vocablo latino gallus. El primer significado que menciona es el más usado y refiere a un ave doméstica que forma parte del orden de los galliformes.
Estos primeros datos señalados dan a conocer varias de las características de los gallos. Las aves son animales vertebrados que ponen huevos y que respiran a través de pulmones. Presentan un pico de naturaleza córnea, tienen un par de patas y otro de alas y cuentan con el cuerpo protegido por plumas.
El nombre científico del gallo es Gallus gallus domesticus.
Como en el resto de los galliformes, además, el pico del gallo es algo curvado para escarbar en el suelo. Sus patas son robustas, mientras que sus alas cortas no le permiten sostener el vuelo por grandes distancias.
Apariencia del gallo
De nombre científico Gallus gallus domesticus, el gallo se destaca por sus dos carúnculas: así se denomina a una carnosidad rojiza y eréctil que exhiben ciertos animales en la cabeza.
En el caso específico del gallo, tiene una cresta en el píleo (el sector superior de su cabeza) y lóbulos a los lados del pico. Respecto al pico, puede decirse que es grueso y corto.
El plumaje del gallo, en tanto, se caracteriza por el lustre. De junio a octubre se produce la muda: así, plumas de tonalidad anaranjada cubren el cuerpo, con otras de color negro en la mitad del dorso.
Los gallos, por otro lado, poseen tarsos fuertes con espolones. Se llama tarso a la zona estrecha de las patas donde los dedos se unen con la tibia, mientras que los espolones son apófisis (tramos salientes de un hueso).
La cresta y los lóbulos rojos caracterizan al gallo.
Diferencias con la gallina
Es importante mencionar que el gallo es el ejemplar macho de la especie Gallus gallus domesticus. La hembra recibe el nombre de gallina. A la cría se la suele llamar pollo, que es la denominación que también se le da a la carne de este animal.
Existe un marcado dimorfismo sexual entre gallos y gallinas. Los gallos son mucho más grandes que las gallinas: pueden pesar unos 4 kilogramos y alcanzar una altura de 50 centímetros, a diferencia de las gallinas que pesan 2 kg y miden cerca de 40 cm.
En las gallinas, por otro lado, las carúnculas son menos prominentes. En cuanto al plumaje, es más colorido en los gallos.
Alimentación, canto y comportamiento del gallo
Los gallos son animales omnívoros. Pueden comer insectos, lombrices, semillas y hojas, por ejemplo.
Mientras no hayan sido castrados, los gallos cantan a lo largo de la jornada. Emiten un sonido que suele describirse como kikirikí o kokorokó y que les permite desde dar un aviso hasta atraer a las gallinas que se encuentran en las proximidades. Más allá del canto, el gallo también se comunica con el cacareo (clo-clo), más tranquilo que el canto.
Su comportamiento es gregario: tiende a permanecer en grupo. Estos conjuntos se organizan de manera jerárquica, siendo liderados por un gallo dominante. Por lo general el gallo es un ave territorial pero que se puede domesticar e incluso comportarse como animal de compañía.
Explotación por parte del ser humano
Desde su domesticación, que se puso en marcha hace unos 7.400 años, el gallo ha sido explotado de distintas maneras por las personas. Habitualmente se lo cría por su carne, considerada como un alimento básico a nivel mundial.
El pollo es valorado por sus niveles de zinc, hierro, magnesio y vitamina A, entre otros elementos. Puede prepararse asado, guisado, frito y de otras maneras. Su carne picada, además, permite elaborar hamburguesas y fiambres.
Los gallos también se crían para peleas o riñas, que suelen mover mucho dinero por apuestas. Esta actividad es tradicional en algunas regiones, aunque numerosas organizaciones animalistas denuncian su crueldad.