Definición de gaita
Un análisis de la etimología del término gaita nos lleva a la lengua gótica, más precisamente al vocablo gaits que se traduce como “cabra”. Se denomina gaita a un instrumento de viento que, de acuerdo con el diccionario de la Real Academia Española (RAE), se asemeja a una flauta.
El uso más habitual de la noción se asocia específicamente a la gaita gallega. Este instrumento musical se compone de un saco de cuero (por lo general de cabra, de allí el origen etimológico) con tubos acoplados a él. El músico sopla por un tubo y hace que el aire se acumule en el saco; luego, al presionar esta bolsa, provoca que el aire sea expulsado por otro tubo, el cual presenta orificios que debe bloquear o desbloquear para generar distintos sonidos.
Se estima que algunos pueblos de la antigüedad, como los celtas, los romanos y los babilonios ya empleaban gaitas. Aunque este instrumento fue perdiendo popularidad con el paso de los años, mantuvo su importancia en tierras gallegas y en Gran Bretaña.
La gaita se usa en distintos tipos de ocasiones. Es posible encontrarla en bandas militares ya que su ejecución es una parte integral de los desfiles. También puede emplearse en funerales y en fiestas populares.
Actualmente existen diferentes clases de gaitas, cada una con sus particularidades. A la gaita gallega hay que sumar la gaita de boto, la gaita colombiana, la gaita gastoreña y la gaita navarra, entre otras.
Si bien al pensar en este instrumento hacemos la asociación casi instantánea con Irlanda, Escocia y los pueblos celtas al norte de España, es importante señalar que el verdadero origen de la gaita no es ninguno de ellos. Hay evidencias de su existencia en la India, varios cientos de años antes de Cristo.
En términos más precisos, las primeras gaitas documentadas a lo largo de la historia datan del siglo VIII a. C., y se hallaban en el norte del actual país asiático. Se estima que los romanos las llevaron a Occidente, a raíz de unos textos que describen el encantamiento que su sonido provocó en el emperador Nerón cuando oyó una gaita por primera vez.
Durante la Edad Media (período que siguió a la Edad Antigua y precedió a la Moderna, aproximadamente entre el siglo V y el XV) el uso de la gaita se centró en la preparación de los soldados para mejorar su rendimiento en las batallas. La energía que les proporcionaba la música de este instrumento, con sus potentes y penetrantes notas, resultaba ideal para dejar atrás los miedos y enfocarse en la estrategia.
Se sabe que entre los siglos XII y XIV, el punto de Europa en el cual la gaita tuvo una mayor popularidad fue Galicia, y esto se debió probablemente a las peregrinaciones que recibió Santiago de Compostela por aquel entonces.
Como dato curioso, los estudiantes de gaita no suelen comenzar con el instrumento en sí mismo, sino con lo que se conoce como puntero de práctica. Se trata de una especie de flauta, que se comercializa en varios tamaños y modelos, que no cuenta con el saco típico de la gaita. Es importante comprar uno de buena calidad, porque los más económicos suelen producir sonidos poco agradables.
La idea de gaita, por último, también se usa de distintas maneras dependiendo de la región. Puede tratarse de algo fastidioso o de una tontería, o incluso emplearse como adjetivo coloquial para referirse a un individuo nacido en Galicia. Por ejemplo: “Déjate de gaitas y ven a ayudarme”, “Tener que viajar dos horas cada vez que quiero visitar a mi novia es una gaita”, “El dueño del restaurante es un gaita que llegó a nuestro país hace dos años”.