Definición de forraje
Antes de entrar a analizar el significado del término forraje, vamos a proceder a descubrir su origen etimológico. En este caso, podemos establecer que deriva del francés, exactamente de “fourrage”, que puede traducirse como “pasto para alimentar al ganado”.
El concepto hace referencia a los cereales, el pasto seco y la hierba que se emplea para alimentar al ganado.
El forraje, por lo tanto, se compone de las plantas cultivadas para dar de comer a los animales. Sus características dependen del tipo de suelo, el clima y la producción ganadera a la cual se destina.
Muchos son los ganaderos que apuestan por el empleo del forraje para la alimentación de sus animales porque consideran que aquel trae consigo una gran cantidad de ventajas. En concreto, entre las más significativas están las siguientes:
-Mejora la producción.
-Tiene a su favor también que se considera que los animales lo digieren de forma sencilla.
-Además, destacan el hecho de que sea un producto rico en vitaminas, minerales, proteínas e incluso en carbohidratos.
-De la misma manera, hay que hacer hincapié en que ayuda a incrementar lo que es la producción de carne y también de leche.
-Sus costos productivos son realmente bajos.
En ocasiones, los productores eligen que los animales se alimenten en el terreno donde se desarrolla la crianza. De este modo, el forraje suele consistir del pasto fresco que se cultiva y crece en el lugar.
Además de todo lo expuesto, tenemos que establecer que se vienen a diferenciar de forma clara dos tipos de forrajes:
-Los pastos o gramíneas. Tienen a su favor que son muy ricos en fibra, se adaptan de forma sencilla a todo tipo de climas y suelos y poseen un gran valor en cuanto a calidad nutricional. Dentro de este grupo tenemos que diferenciar a las gramíneas para pastoreo, las de crecimiento erecto, las de corte y acarreo, las de crecimiento semierecto…
-Las leguminosas forrajeras, que destacan por ser muy ricas en proteínas. Hay varias tales como las palmaticompuestas o las pinnaticompuestas, entre otras.
Al pasto se le pueden añadir restos orgánicos y minerales para mejorar sus propiedades nutritivas. En cuanto a las especies que componen el pasto, se suelen combinar gramíneas y leguminosas para que los animales incorporen todas las proteínas que necesitan. El trigo, la alfalfa, la avena, el mijo y la soja pueden formar pasto.
El heno constituye otro tipo de forraje muy usado. Se trata de una leguminosa o de una gramínea seca que se corta y se da al ganado a modo de alimento. Muchas veces el heno se forma con una combinación de plantas, como trigo, cebada y avena. La calidad del heno está dada por el tipo de hojas que contiene.
Como se puede advertir, la obtención de heno es una manera de conservar el forraje. Pero también es posible apelar a otros procesos con dicho fin. Uno de ellos es el ensilado, que se basa en la fermentación láctica. Al resultado del procedimiento, de hecho, también se lo denomina ensilado.