Definición de forestación
Forestación es el acto y resultado de forestar; en otras palabras, es el sustantivo de la familia de este verbo, el cual, por su parte, hace referencia a plantar especies forestales en un determinado terreno.
La idea de forestación, por lo tanto, suele vincularse a la gestión de los bosques. El concepto puede referirse tanto a la plantación como a la renovación e incluso a la tala de árboles. Por lo general, con la forestación se busca que aquel árbol que fue talado para aprovechar su madera o darle otro uso, sea reemplazado por un nuevo ejemplar. De este modo los recursos no se agotan.
Dos de los árboles que suelen plantarse en el marco de un plan de forestación son el sauce y el pino, ya que de ellos se obtienen recursos muy valiosos para la industria. Por otro lado, también se siembran aquellos que dan frutos, sin los cuales no podría sostenerse el comercio de alimentos y otros productos que dependen de ellos.
La forestación genera diversos beneficios. No solo permite la producción de materia prima, sino que también mejora la calidad del ambiente. Además, a nivel económico, ayuda a fomentar la actividad y permite la creación de puestos de empleo.
Es posible diferenciar entre la forestación rural y la forestación urbana. La forestación rural suele orientarse a la producción y al cuidado medioambiental. La forestación urbana, que tiene lugar en las ciudades o en sus accesos, también contribuye a reducir los efectos de la contaminación, aunque se suele dotar además de un fin estético.
Cuando la forestación se lleva a cabo con una planificación consciente, resulta vital para gestionar de forma eficiente los recursos forestales. Su importancia económica es clave, pero la relevancia va más allá porque una región con buena forestación puede adaptarse al cambio climático, mitigar las consecuencias del calentamiento global y conservar su biodiversidad.
El calentamiento global es el fenómeno caracterizado por el aumento de la temperatura de nuestro planeta en un período de un siglo. Este concepto también abarca las consecuencias de dicho cambio, las cuales pueden ser muy negativas para todas las formas de vida. La forestación es una de las varias medidas con las cuales el ser humano intenta combatir este problema que lleva décadas siendo estudiado. Se cree que nuestra especie es la mayor responsable del calentamiento global que se ha observado desde mediados del siglo XX.
Un país sin forestación, en cambio, es probable que sufra problemas ambientales recurrentes, como inundaciones o sequías. Además sus habitantes estarán sometidos a malas condiciones de vida.
Si buscamos el término forestación en un diccionario de sinónimos no damos con muchos resultados; de hecho, es probable que nos encontremos con repoblación, una palabra que no define con precisión el acto de «forestar», sino que hace referencia al concepto de reforestación. A menudo se dan confusiones entre forestación y reforestación, aunque ambos se diferencian con claridad: mientras que el primero se basa en la creación de plantaciones donde no haya evidencia de vegetación forestal previa, el segundo tiene el objetivo de recuperar plantaciones que se hayan perdido por diversas causas.
En ambos casos, estamos ante actividades que surgen a causa del accionar del ser humano y que este mismo lleva a cabo: la reforestación fue creada para compensar al planeta por el grado de destrucción al que lo sometemos con nuestra manipulación del medio ambiente, mientras que la forestación es una de las tantas maneras en las que realizamos dicha manipulación. Resulta curioso que por un lado admiremos la aparente perfección de la naturaleza pero que al mismo tiempo no hagamos otra cosa que intentar modificarla para adaptarla a nuestros gustos.